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¿ADOPTADO, ACOGIDO, RECOGIDO O RESCATADO?


En el batiburrillo actual de páginas web, mensajes de WhatsApp, redes sociales, etc., se mezclan palabras y conceptos a veces sin concierto y con muy poco acierto. Y acaba siendo difícil determinar si estamos hablando de un perro acogido, adoptado, comprado o... ¿quién sabe?

Tendemos a utilizar los términos “de moda” sin pensar en su significado, y eso nos lleva a barbaridades que pueden tener su gracia (o no), como las catástrofes “humanitarias” que de vez en cuando sobrevuelan las noticias y nos hacen sonreír pensando en un terremoto compasivo y atento... En el mundo de los animales domésticos se extiende la tendencia a denominar “adopción” a cualquier método de adquisición de un perro, gato, o peludo en general. Y no, no todo es adoptar. Adoptar implica trámites, contratos, compromisos; adoptas un perro en una protectora, recoges un perro callejero, rescatas un perro en la autovía...

Hablamos con precisión de adoptar cuando suscribimos un contrato de adopción con una entidad de protección animal o un particular. Decimos acoger o casa de acogida cuando ofrecemos nuestro hogar a un peludo que sigue bajo tutela ajena, generalmente a la espera de encontrar familia adoptiva.

El ordenamiento jurídico vigente establece que todos los perros tienen que ser entregados con chip y pasaporte (Decreto 99/2004 de la Consejería de Medio Rural y Pesca del Principado de Asturias, arts. 3 y 5) y según se desprende de la normativa, en perfecto estado de salud.

La Ley 13/2002 del Principado de Asturias, de tenencia, protección y derechos de los animales indica en su artículo 9 que la cesión o venta de un animal implica la entrega de un documento informativo sobre sus necesidades y cuidados así como sobre la educación del mismo, y de la cartilla sanitaria; por otro lado, en este mismo artículo regula la edad a partir de la cual se puede entregar un perro en cesión o venta.

La regulación respecto a los perros potencialmente peligrosos (ppp) es estatal, y recoge las obligaciones referentes a chip y pasaporte, además de la licencia.

Luego lo deseable porque si no, no estarían en perfecto estado de salud, es que todos los animales se entreguen vacunados y desparasitados interna y externamente.

Esto es válido para particulares, criadores y protectoras, es el mínimo legalmente exigible.

Y por supuesto, ninguna protectora que se precie de serlo debería entregar ningún animal en adopción sin esterilizar o sin compromiso de esterilización, si aún no tiene edad para ello.

El uso incorrecto del idioma y su frivolización no benefician a nadie; y menos a los defensores de los animales, si pretenden que la sociedad considere seria su labor.

La corrección en la expresión (semántica, ortografía y gramática) no es la única diferencia entre la “loca de los perros” y la “animalista proactiva”, pero sí es una de las más evidentes cuando se trata con gente de otros ámbitos.


El Diccionario de la lengua de la Real Academia Española define así los términos asociados:

adoptar.
(Del lat. adoptāre).
1. tr. Recibir como hijo, con los requisitos y solemnidades que establecen las leyes, al que no lo es naturalmente.

recoger.
(Del lat. recolligĕre).
13. tr. Dar asilo, acoger a alguien.

acoger.
(Del lat. *accolligĕre, de colligĕre 'recoger').
1. tr. Dicho de una persona: Admitir en su casa o compañía a alguien.
2. tr. Servir de refugio o albergue a alguien.
5. tr. Proteger, amparar.

rescatar.
(Del lat. *recaptāre, recoger).
1.   tr. Liberar de un peligro, daño, trabajo, molestia, opresión, etc. U. t. c. prnl.


Notas: la abreviatura tr. indica verbo transitivo; la abreviatura U. t. c. prnl. indica usado también como pronominal.


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