Ir al contenido principal

CUCHI (EL TOPILLO)

La vida da muchas vueltas y no siempre para bien, pero no te queda más remedio que afrontarla tal y como viene. Este podría ser el resumen del planteamiento vital de mi nuevo ahijado.



Sí, tenemos nuevo ahijado porque al bueno de Sherpa la caprichosa fortuna, ha decidido poner en su camino a la familia que siempre se ha merecido. Así que crucemos todos muy fuerte los dedos para que su acogimiento se afiance y tengamos un nuevo final feliz. Muchas gracias a sus adoptantes, salga como salga éste período de prueba, por haberse fijado en él y darle esta gran oportunidad. Casi doy por hecho que Sherpa superará esta encrucijada y tendrá un retiro afortunado, pero démosle tiempo al tiempo J

Retomando, me cuesta mucho presentaros a mi nuevo ahijado primero porque sus características especiales hacen que sus posibilidades de encontrar un hogar no sean demasiado elevadas y segundo porque se parece tanto, tantísimo, a la perra que me acompañó durante 16 años, que ni siquiera yo sé como ayer tuve el coraje de devolverlo a Pajomal en lugar de empaquetarlo en el portamaletas y llevármelo a casita con la misma…




Cuchi, (lo siento por tu hermana Vero, pero el nombre no me acaba de convencer J) es un ratonerillo sandunguero, pequeño y negro, que más que de chihuahua debe tener algo de pinscher porque es un animalillo proporcionado a su tamaño. Cuchi, debe tener unos 13 años y por si esto no fuese bastante para complicar su adopción, es ciego… Todas esas características hacen que te apiades de su alma, pero el animalín no tiene esa concepción de sí mismo. No es un perro tímido, ni acobardado. Es contra todo pronóstico un animal alegre. Sale del albergue muy contento, meneando a un lado y a otro incansablemente su cola, dispuesto a marcar todos los territorios que vaya encontrando a su vera (yo incluida…) Es feliz pese a los trompazos que se va dando a diestro y siniestro y con su torpeza te hace reír sin pretenderlo… Verlo buscar incansable con el hocico al perro que hace media hora se marchó, es simpático… Observarlo olfatear al aire totalmente despistado el trozo de jamón que pende encima de su cabeza te hace sonreír. Pero al mismo tiempo lo ves tan indefenso que se te estremecen las entrañas…

Ahí donde lo veis, es un chuchillo terco, que aunque pasea estupendamente con la correa, se planta de vez en cuando en el suelo inamovible cual roca, cuando quiere cambiar de dirección. No tiene problemas con perros, con gatos o con humanos. No tiene problemas con nada ni con nadie. Es un pequeño rabo de lagartija que cuando se cansa de intentar ocupar nuevos horizontes, se resigna a sentarse a tu lado, y entonces busca el contacto humano, y se te mete debajo del brazo, y se adormece, y se tumba panza arriba para que lo colmes de caricias. Es un pequeño conquistador. Un topillo que tropieza con todo y contra todos. Un superviviente nato, que aún no ha entendido muy bien dónde está ni por qué…




Cuchi un día salió de su casa, estuviera donde estuviese, y caminando por la vida, siguiendo algún rastro, algún perro, algún humano conocido, algún hipotético trozo de jamón, cayó al río… De alguna forma, pese a su edad, pese a su ceguera, pese a todos los contras, consiguió alcanzar la orilla, y se quedó allí, acurrucado en un rincón, viendo pasar las horas con el susto metido en el cuerpo. Alguien que lo vio, lo recogió del borde del río y lo depositó en Pajomal. De esto hace un par de semanas. Nadie ha preguntado por él desde entonces.

Sabemos que ha estado en una casa, porque no hace sus cosas dentro del box, hay que sacarlo tres veces al día. Cuando sale es un perrillo alegre que sigue a quien tire de la correa, dispuesto a conocer más mundo, más gente, más perros. Cuando regresa al albergue. Cuchi no puede hacer más que quedarse inmóvil, junto a las paredes de su encierro, incapaz de orientarse, tropezando con sus compañeros. El albergue no es sitio para él, y a mí se me parte el alma de ver como en el atardecer de su existencia, su vida se desmorona, sin que yo pueda hacer nada para remediarlo.



Hay que sacar a este pobre infeliz de ahí. Tenéis que ayudarnos a salvar a nuestro topillo. ¿Hay allá fuera, en ese mundo tan grande, alguien que pueda tener un huequecillo en su casa para este pequeño-gran perro? Seguro que sí, ¡ayúdanos a encontrarlo!





Entradas populares de este blog

Los osos del parque San Francisco: Petra y Perico

La verdad es que esta entrada bien podría haberla titulado cómo hemos cambiado , pero mejor, yo os cuento quiénes eran Petra y Perico, y ya vosotros si eso sacáis vuestras propias conclusiones. Básicamente para todos los que no somos de Oviedo, y probablemente para gran parte de los ovetenses nacidos a partir de 1976, Petra y Perico, son tan solo dos nombres anacrónicos. Connotaciones diferentes tienen para los que rozan la cincuentena, que son quienes conocen a los osos a los que me estoy refiriendo. Para el resto, profanos todos, os cuento: Allá por la mitad del siglo pasado, para ser más precisos en su ecuador, en el año 1950 un cazador en Somiedo mató a una osa. Parece ser que la osa cayó en un lazo y según las crónicas de la época el bestia del cazador, remató al animal palos, que ya hay que ser bárbaro… La matase como lo hiciera, aquella osa tenía dos esbardos , una hembra, que pasó a denominarse Petra y un macho, que durante su corta vida se llamaría Perico. Ambos osezn

VEN A FRAGGLE ROCK

¡Ven a Fraggle Rock a conocer a Sprocket! Nuestro Niño J Seguimos con la serie “parecidos razonables perrunos” y si la semana pasada le recordábamos a los actuales seguidores de Juego de Trono la existencia de nuestros Huargos particulares, Furia y Colmillo, esta queremos apelar a la nostalgia de la generación EGB presentándoos a nuestro Sprocket, el maravilloso Niño. Supongo que a los Millennials tanto EGB como Fraggle Rock os suene tanto a arameo como a la generación de mis padres el nombre de ElRubius o Yellow Mellow… No importa queridos, lo esencial vais a captarlo en un momento, seguid leyendo J . Fraggle Rock, fue una serie infantil protagonizada por muñecos de felpa que nos deleitó a los treintañeros y cuarentones que fuimos niños en los ochenta. Su musiquilla pegadiza y sus vidas despreocupadas, hacen que formen parte de la nostalgia de lo que en España se ha venido a llamar la Generación EGB.   Los Fraggle junto con el Espinete de Barrio Sésamo, forman parte de nuest

PELIGRO: ¡PULGAS!

Siguiendo con el tema pulgas. Hemos planteado la importancia de la prevención para evitar males mayores, pero a veces aún con todo nuestro cuidado tenemos que enfrentarnos a este ejército del averno. Si por desgracia tienes la mala suerte de enfrentarte a una infestación de pulgas en casa, no dudes en leer esta entrada. Por descuido, mala suerte o una broma del destino, he tenido que enfrentarme en dos ocasiones a la infestación por pulgas, y he de decir que pese a su tamaño no son un enemigo pequeño. Las dos ocasiones, creemos que el foco de infección vino de dos rutas por el monte, como un caballo de Troya cualquiera introdujimos al enemigo en casa. Y ¿qué hacer cuando ya están dentro? Lo cierto es que tras probar con múltiples remedios caseros como fregar con vinagre (toda la casa parecía una enorme ensalada) o esencia de lavanda (parecía que vivíamos en un ambientador de coche), lamento comunicaros que ninguno de estos remedios nos funcionó y tuvimos que destinar todos nuest