Axel nos ha dejado. No es un abandono, se fue porque era su momento de irse, el final de su vida. Él, que sabía muy bien lo que era, nunca nos habría abandonado a sus amigos y sobre todo, a Hermi, que cuidó de él en sus últimos años y le dió por fin la vida que merecía.
A Axel le abandonaron hace muchos, muchos años; encontró un hogar, poco más o menos, en una nave de la que cuidaba con su amiga Salma. Pero la empresa cerró y a ellos los dejaron allí; sobrevivieron gracias a los trabajadores de las naves cercanas, buenas personas que le conocían por el nombre de Kas y a las que, una vez más, les damos las gracias. Salma y Kas llegaron al albergue de Langreo desde esa nave, y aunque Salma encontró pronto un hogar, Axel no tuvo tanta suerte... en principio, porque acabó mudándose a casa de Hermi, con ayuda de un grupito de padrinos aliados en la causa de rescatar unos cuantos perros en riesgo.
Dos de ellos quieren despedirse aquí de Axel:
La salida del albergue de Langreo fue muy difícil. Teníamos muchas incertidumbres sobre la nueva gestión y lo que ocurriría con algunos perros. Por eso algunos voluntarios decidimos apadrinar a determinados perros llevándolos a una residencia privada de confianza. Uno de los elegidos fue Axel.
Por aquel entonces, yo no había tratado con él nunca. Solo conocía sus fotos y comentarios en su ficha publicada en la web: “Axel ha dedicado toda su vida a ser un perro guardián, ahora espera que una familia lo adopte y sean sus humanos sus guardianes. Es un perro dulce y agradecido, que ha congeniado muy bien con el resto de perros. Tiene bastante fuerza, pero pasea bien con la correa”. Y todo lo que ponía en su ficha os aseguro que era cierto. En mis visitas a su hogar de acogida, pude comprobar que era todo un personaje. Un perrazo de 40 kilos, con unas ganas interminables de jugar y de recibir mimos, que congeniaba perfectamente con el resto de perros y con cualquier persona que por allí fuese. En la residencia coincidió con el gran Chiki, el “recepcionista” de Langreo, con el que hizo muchas migas y que me imagino que ahora le echará de menos. Como sé que lo echa tanto de menos su cuidadora, a la que desde aquí le agradecemos enormemente haberlo cuidado tan bien. Dándole una jubilación de oro, y a la que le mandamos un fuerte abrazo de parte de todos los padrinos. Yo también te echaré de menos.
Sergio
“Y al partir serán estas mis últimas palabras:
Me voy, dejo mi amor detrás”
Rabindranath Tagore
Esto es lo que seguro que Axel pensaba cuando los achaques de la edad hacían un poco más difícil la vida en el Paraíso que entre un pequeño grupo de gente le brindamos los últimos años de su vida. Gracias a todos y todas por hacer de la vida de Axel una vida mejor.
Hoy es un día triste. Muy triste. Axel se ha ido y ha dejado un hueco muy grande en el corazón de mucha gente. El eterno cachorro se ha despedido no sin antes robar el corazón a cualquier persona que estuviese con él más de cinco minutos.
Pero hoy también es un día para alegrarse de algo muy importante. Y es que Axel fue un perro feliz. No tuvo la suerte de encontrar una familia que lo adoptase, pero encontró una familia que le brindó la mejor de las vidas durante estos últimos años. Una vida llena de amor, juegos, amigos y mimos. La vida que se merecía.
Gracias Axel, por existir, alumbrando un poco más este –muchas veces— oscuro mundo. Nunca te olvidaremos.
Hasta siempre pequeño gran amigo.
MMQ