Es amputar y es una salvajada, pero hasta hacer relativamente poco había mucha gente que seguía pensando que desungular a un gato, no era tan grave, que se trataba únicamente de salvar los muebles de las uñas de su felino. La realidad es que la desungulación conlleva una delicada operación quirúrgica, realizada por supuesto bajo anestesia general, mediante la cual al gato además de las uñas se le arranca la última falange de la pata.
Es decir, mutilamos al gato para salvar las cortinas, es por ese motivo por el que algunos países como Reino Unido, Australia o Nueva Zelanda ya han prohibido su práctica.
Manchita. Soy un macho desungulado, tengo 8 años. Vivía con mi compañero Mimos en una casa. Me puedes adoptar aquí |
La uña del gato nace del último hueso de la garra, es gracias a esto que es retráctil. Para arrancar la uña y evitar que vuelva a crecer, debe extirparse la parte ósea, la articulación, los nervios y los vasos sanguíneos que se encuentran en torno a la garra.
El postoperatorio de la desungulación es doloroso, pero por muy bueno que sea tu veterinario, el problema no se limita a la convalecencia. Las consecuencias derivadas de la operación van a afectar al bienestar físico y psicológico del animal de por vida. Los gatos utilizan las uñas para todo, para trepar, para rascarse, defenderse, jugar, cazar, escapar, mantener el equilibrio, caminar... Las uñas desempeñan un rol clave en la vida y el instinto de todos los felinos y un gato desungulado puede desarrollar problemas de comportamiento e incluso generar problemas físicos como lesiones y cojeras.
Me llamo Mimos, tengo 7 años, he vivido siempre con mi compañero Manchita. Estoy desungulado. Me puedes adoptar aquí |
Hay alternativas para evitar la desungulación de un gato casero, las más conocidas son el uso de rascadores y hacerles la manicura, ergo cortarles las uñas, periódicamente. Yo la verdad, diría más, si aprecias más el tapizado del sofá que a tu gato, lo mismo es que en el fondo tampoco quieres vivir con uno.
Recientemente han aterrizado en Serín, dos pequeños desungulados, son Manchita y Mimos que amenizan con sus fotos esta entrada. Como todo animal que ha conocido el calor de un hogar y se ve de repente en un albergue, necesitan urgentemente una nueva casa. ¿Nos ayudas a encontrársela?