Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de julio, 2019

9 Curiosidades sobre gaviotas que quizás desconocieras

Siempre he pensado que el mundo sería indudablemente un lugar muy triste si no existiesen los pájaros y mi breve incursión en el mundo gaviotil no ha hecho más que reafirmarme en esta afirmación. Como estoy segura, o quiero pensar, que no soy la única a la que le apasionan los pajaruelos urbanos, voy a recolectar algunas de las anécdotas que más me han llamado la atención en un primer acercamiento a la fauna avícola urbana. Pido perdón por adelantado a biólogos y ornitólogos por lo superfluo de mi conocimiento pajaril. Empiezo como no podía ser de otra forma con las gaviotas porque Mariano ha hecho que mi visión de estas poderosas y hasta cierto punto peligrosas aves marinas haya cambiado. Gaviota Patiamarilla. Fuente:  SEO     Las gaviotas: Pueden beber agua salada y expulsarla en forma de lágrimas. ¿WTF? No pueden volar si no hay viento. La calma chicha como criptonita de gaviotas, ¿quién lo hubiera pensado? Pueden caminar sobre el agua gracias a la membrana q

LECTURA SOLIDARIA: “MASTÍN Y LA CHICA DEL GALGO”

Martín tiene 17 años, un pitbull viejo y esa crisis existencial que marca el fin de la adolescencia y el principio de la edad adulta. Mastín y la chica del galgo , es la historia de cómo Martín, se convierte en Mastín y como en un solo verano descubre el amor en una doble vertiente, a su vecina Mal y a los animales con los que ella colabora y él acaba comprometiéndose. No es la primera vez que os hablamos de Mastín y la Chica del Galgo desde este blog, probablemente tampoco será la última, pero todas las veces que lo hagamos merecerá la pena porque en éste libro además de una novela juvenil es una gran lectura de concienciación. Escrita por la periodista y escritora Melisa Tuya, referente de la protección animal y la lucha contra el abandono en nuestro país. En la novela se narra el día a día de una protectora sus sinsabores y pequeñas alegrías, los disgustos, las pérdidas, la falta de recursos y la sobrepoblación de los albergues. Martín y Mal encarnan a la perfección a

Empollando, one more time

Bueno pues nada, lo he vuelto a hacer, irremediablemente cada dos o tres años, se me cruza en el camino un pollo a medio criar, y hasta el momento no he sabido decirle al destino que no. El “afortunado” éste año ha sido Mariano , el pollo de gaviota, que acompaña estas líneas. Me tropecé a Mariano la semana pasada, yo regresaba a mi casa por la tarde y él huía de unos perros que lo seguían curiosos. Hacía calor (calor para ser Asturias, entendámonos) y cuando vi que el pollo no volaba, pensé, bueno anda, pues qué le vamos a hacer, llevémonos al gavioto, y que sea lo que dios quiera . Así que diez minutos y un escándalo más tarde, el pollo y yo aterrizamos en casa y nos exiliamos en la terraza. Dos perros, dos gatos y un pollo de gavioto podría ser el título de una snuff movie y no pretendía ser yo quien la grabara. Mariano está físicamente bien. Es un pollo volantón, he leído en internet que a los 35-45 días ya vuelan y él está casi-casi en esa “franja de edad”. Supongo que

Nanda está enferma. La Angustia.

Bueno, he dejado pasar unas semanas, en realidad más de un mes, antes de lanzarme a escribir esto, primero porque me es difícil hacerlo, pero también, para qué negarlo, porque el ritmo de los acontecimientos me ha impedido detenerme a pensarlo.  Todavía estoy calibrando si esto es bueno o malo. La cuestión es que escribo esta entrada quince días después de conocer el diagnóstico de Nanda: hemangiosarcoma. No tiene un pronóstico muy favorable que digamos. Podéis teclearlo en google y solazaros, o podéis simplemente quedaros con lo que os digo: Nanda está más enferma de lo que a mí me gustaría creer y muchísimo más, de lo que soy capaz de asumir.  Ya he pasado por esto antes, me he despedido de más perros, pero todas las veces duele lo mismo. Por desgracia no se acostumbra uno. Se ve que el alma no hace callo. Por eso hoy, como ejercicio de reflexión, quiero recapitular e ir contándoos el proceso de asimilación y despedida en el que nos encontramos inmersos. Hace algo a