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Mostrando entradas de agosto, 2021

Seymour, el capítulo de Futurama con el que lloro como una Magdalena

Este verano he descubierto con gran satisfacción que Comedy Central repone Futurama, la serie de Matt Groening, que de una forma totalmente incomprensible para mí, nunca alcanzó la popularidad de los Simpson. Me encanta Futurama no lo puedo evitar, ese futuro distópico en el que los robots fuman, beben y se van con robotpilinguis; Santa Claus es un androide psicópata que en lugar de regalos dispara a matar; la luna un parque de atracciones en horas bajas y las cabinas telefónicas han sido sustituidas por cabinas de suicidio. Soy fan, soy fan, no hay más lo confieso.  Me encanta pese al machismo y la homofobia que dos décadas más tarde destilan sus episodios. Más allá de sus protagonistas, Leela, Fry, Bender, me encantaban ese Zapp Brannigan narcisista, engreído y repulsivo don juan otoñal, o el Dr. Zoyber, un facultativo con forma de langosta antropomorfa que ni siquiera entiende la anatomía humana aunque sí ejerce su medicina, pero sobre todos los personajes y las historias que transc

Espiando a mi perro

 A las muy buenas, como os contábamos la semana pasada, un poco contra nuestra voluntad tuvimos que hacernos con una cámara de seguridad doméstica para vigilar a Frixuelo durante nuestras ausencias laborales. Nunca me ha importado que mis animales campen a sus anchas por mi casa, que al fin y al cabo también es la suya, pero Frixuelo tiene unos antecedentes ladradores que podrían hacer tambalearse la convivencia vecinal de todo el edificio. Por ese motivo lo dejábamos encerrado en el salón en un intento de evitar que se acercase a la puerta a contarle a todo el mundo lo disgusto que está con su abandono.  Así hicimos durante un año y medio cada vez que hemos salido de casa dejándolo atrás y hasta entonces esta técnica había "más o menos funcionado" hasta hace tres semanas, cuando Frixuelo decidió que un picaporte no era suficiente para separarlo de nosotros y sencilla y llanamente abrió la puerta.  Bueno, sencilla y llanamente no, entre que la abrió y no, la dejó como para ex

Cámaras de vigilancia doméstica (para perros y gatos)

 Me he tenido que comprar una cámara de vigilancia. No lo tenía pensado ni es algo que entrase en mis planes, pero un buen día por la mañana Frixuelo decidió aprender a abrir puertas y no nos quedó más remedio, por eso hoy os traigo aquí este tema a colación.  Como siempre esto es una revisión basada en una experiencia personal que no tiene ni siquiera por qué ser compartida, pero como yo cada vez que busco algo de este tipo intento encontrar opiniones de casos similares al mío, pues ahí va y oye, si le puede servir a alguien mejor que mejor. 1. La famosísima Furbo  Yo aquí creo que la clave antes de decidirnos por una u otra es definir con qué finalidad la adquirimos. ¿Por qué me compré yo la cámara? Bueno en mi caso cuando la compramos necesitábamos saber cuál de nuestros amantísimos animales había decidido abrir la puerta del salón y con qué aviesas intenciones, por eso buscamos una cámara que simplemente nos permitiese identificar al culpable. Cuando rastreamos la información en gu

Manolito III, El indultado

A veces, las historias de amor surgen en el lugar menos pensado.  Esta es la historia de Manolito, el pavo que estaba condenado a la cazuela y acabó reinando en el gallinero y en el corazón de mi padre. Manolito fue el tercero de los tres pavos que mi padre se trajo hace un par de años con la aviesa intención de que coronasen la cena familiar de Nochebuena. No sabemos por qué le dió por ahí, ni cómo se le ocurrió la idea de innovar en materia culinaria, pero lo cierto es que el verano de 2019 se hizo con unas crías de pavo. Aquel plan sin fisuras, no tuvo sin embargo, un inicio muy halagüeño. Nosotros por entonces no lo sabíamos, pero los pavos son criaturas enigmáticas en aspecto y delicadas en su cuidado y los dos primeros pollos fallecieron en extrañas circunstancias. Aquello no hizo a mi padre desistir, él, que como buen gijonés es más terco que una mulina torda,  no estaba dispuesto a renunciar a su cena de acción de gracias con tanta facilidad, así que ni corto ni perezoso regres

Mis respuestas a la encuesta de adopción de animales

  Un poco en la misma línea que la vez anterior, voy a hacer un pequeño repaso de mis respuestas a la encuesta sobre adopción responsable de animales que os lanzamos hace un par de semanas. Me adoptarías si yo fuera un perro... Como solo dejábamos una opción, yo voy a hacer el mismo ejercicio, eso sí, voy a responderlo como si estuviera buscando un perro en adopción. Si fuese ese el caso, yo el animal por el que optaría sería un perro adulto. No necesito que sea especialmente joven, solamente quiero que tenga el carácter formado y lo reconozco querría ahorrarme la etapa de educación tan necesaria en los cachorros y como en el fondo soy una vaga redomada no necesito que sea muy joven no vaya a ser que venga sobrado de energía. Yo adoptaría un perro adulto. Ahora bien, si os hago trampas y las respondo una por una os diré: que también podría adoptar perfectamente un senior, me encantan los senior su ritmo de vida y su pasotismo integral. Me asusta lo cercana que tienen la muerte como a t