Enero es un mes de comienzos y también de aniversarios, si el 22 de enero, Vaca celebra años, el 17 se cumplió el primero de la era Frixuelo. Hace un año que nuestro jabalí, se vino a vivir a casa. Un año ya, la virgen , qué rápido y qué lento, qué año más extraño, el del fin del mundo conocido y el de volver a empezar, también fue el año de Frixuelo, y si echo la vista atrás, no sé cuál de las dos cosas, el apocalipsis vírico o mi perro, me ha cambiado más la vida. Frixuelo fingiendo ser un animalito encantador Es una forma de hablar, claro, pero es cierto, que el monstruito me hubiese desencajado las rutinas aunque en Wuhan nadie se hubiera comido un pangolín. Yo ya no me acordaba, probablemente porque el cerebro tiende a bloquear los malos recuerdos, lo que suponía meter un cachorro en casa. Y la última experiencia, había sido relativamente reciente, Patty y Selma, estuvieron con nosotros en 2018, pero mi subconsciente había borrado las referencias a las incontinencias, los destroz