Hoy es uno de esos días que escribir me duele. No me lo tengáis en cuenta, un trocito de mí, se quedó hace tres jueves en la consulta del veterinario. Las despedidas me rompen por dentro. Me rasgan de arriba abajo arrancándome pedazos de algún punto allá dentro, que no recordaba cuanto dolía. El jueves 28 de abril se me murió Vaca. Bueno se me murió no, más bien tuve que morirla y con la cabeza aún confusa de sentimientos, como con una resaca enorme de desasosiego y angustia, no puedo dejar de pensar en todos los que reniegan de la Ley de la Eutanasia. No es el momento de hacer política y lo sé, pero es tan jodido asumir esa decisión... Lo pasa uno tan mal... Es tan complicado tener que tomar esa iniciativa, que no entiendo como nadie puede pensar que aplicarlo a un ser humano al que quieres te va a resultar tan sencillo finiquitarlo, como que entre el abuelo en urgencias con un esguince de muñeca y acabe en la mesa del forense... Soy muy bruta ya lo sé, y escupo rabia, per...