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Los otros pasajeros del Titanic

 Como todos los años cuando llega abril, mis notificaciones se llenan de artículos que hacen referencia al naufragio del Titanic. El famoso trasatlántico se hundió en su viaje inaugural en las frías aguas del Atlántico la madrugada del 15 de abril de 1912 tras colisionar contra un iceberg. No voy a "daros la chapa" con la fallida historia del Titanic porque a estas alturas de la película no creo que haya lector al otro lado de la pantalla que no conozca la historia del barco o cuanto menos la película de James Cameron. Sin embargo, yo misma tengo que reconoceer que no hasta este año no había reparado en la historia de los otros pasajeros del Titanic, los animales que ocupaban el barco en el momento de la colisión y la disparidad de su destino.

Algunos pasajeros caninos del titanic

A bordo del Titanic viajaban perros y pájaros oficialmente registrados. Aparte como en todos los barcos de la época solía haber un gato residente encargado de la purga de ratones y ratas. En el caso del Titanic, la gata en plaza se llamaba Jenny pero las fuentes no se aclaran sobre su fallecimiento en el naufragio de encontrarse en las cocinas, o su supervivencia por carambolas de la vida al no haber viajado en el barco.

Los pájaros eran variopintos, se tiene constancia de un canario y varias aves de corral que uno de los pasajeros llevaba para criar en Estados Unidos. Los perros, como no podía ser de otra manera pertenecían a pasajeros de primera clase, no está de más recordar que el coste del pasaje para un animal equivalía al de un niño (25 centavos). Gracias a ese coste, existe un registro oficial de los cánidos que viajaban a bordo del RMS Titanic. ¿La repasamos?

  1. Frou-Frou caniche toy. Fallecido en el naufragio. Helen Bishop, su dueña tuvo que dejarla en su camarote ya que como ella misma reconoció después: "seguramente habría muy poca simpatía por una mujer que llevaba en brazos a su perrita cuando había mujeres y niños en juego".
  2. Un chow-chow del que no ha trascendido el nombre, cuyo dueño era el corredor de bolsa inglés Harry Anderson. Su dueño salvó la vida, pero el perro falleció en el barco.
  3. El pomerania de Elizabeth Rotschild, fue uno de los supervivientes del Titanic. Se cree que la señora Rothschild escondió al animal bajo su abrigo por lo que probablemente el resto de pasajeros no fueron conscientes de su presencia hasta que al ser rescatados por el Carpathia los marineros se negaban a dejar pasar al perro, aunque finalmente ambos, perro y dueña subieron a bordo.
  4. Lady, segundo pomerania superviviente de la tragedia del Titanic. Probablemente al igual que hiciera Elizabeth Rotschild, Margaret Hays escondiese a su perro para no encontrar objeciones a su rescate.
  5. El fox terrier de William Dules, abogado estadounidense que regresaba a América tras un descanso vacacional. Ambos fallecieron en el barco.
  6. Gamin de Pycombe, un bulldog francés de exhibición del banquero Robert Williams Daniel, que había costado la friolera de 150 libras (alrededor de unos 17.000€ actuales). El perro falleció aquella fatídica noche y Robert demandó a la naviera por s pérdida, aunque nunca fue indemnizado. Existe la leyenda no confirmada, donde varios supervivientes aseguraban haber visto a un bulldog francés corriendo por la cubierta del barco en los últimos momentos del Titanic, e incluso quién afirmó haberlo visto nadando en el agua, pero esta información nunca pudo ser corroborada.
  7. Sun Yat-Sen de raza pequinés, fue el tercer y último perro superviviente. Sus dueños, Henry Sleeper Harper y su mujer Myra, embarcaron tranquilamente en el bote de salvavidas con el perro sin que nadie pusiese ninguna pega al respecto. Posteriormente Henry aseguraría: "Parecía que había mucho espacio y nadie nos puso ninguna objeción al respecto".
  8. y 9. Los dos perros de la familia Carter, un airedale terrier y un cavalier king charles spaniel. Tras su fallecimiento, la familia interpuso una demanda contra la White Star Line por ellos, que tampoco llegó a ser cobrada.
Elizabeth Rothschild y su perra, supervivientes del Titanic

Me dejo para el final las dos historias más trágicas y probablemente romantizadas de la tragedia animal del Titanic:

10. La primera es la historia de Kitty, la airedale terrier del coronel John Jacob Astor IV, de quién se dice que intentando salvar su vida, abrió la puerta de las perreras para liberar a todos los animales, lo que habría contribuido a sembrar el caos durante las últimas horas del hundimiento. Tanto Kitty como el coronel fallecieron en el barco, ya que él tras poner a su esposa a salvo, volvió al barco a recuperar a su perra, sin que le diera tiempo a volver al bote salvavidas que lo hubiera puesto a salvo.

11. Por último, la historia contrastada de Ann Isham quien renunció a su sitio en el bote salvavidas cuando le informaron que su dogo alemán, al cual quería como un hijo, no podía viajar con ella. Fue una de las pocas mujeres de primera clase que falleció en el naufragio. Su leyenda fue alimentada en los días posteriores al hundimiento del Titanic, cuando se corrió el rumor, de que durante la búsqueda de supervivientes los días posteriores, entre los cadáveres se encontraba una mujer abrazada a su perro.

Ann Isham y su gran danés

La verdad, es que el clasismo que imperaba entonces y que tuvo un impacto directo en el número de víctimas que se registró en el accidente, hace que aún siendo yo perrófila perdida, me entren dudas morales sobre la historia de estos animales. No puedo quitarme de la cabeza que sacaban a pasear a los animales por la cubierta de tercera, donde por supuesto no importaba que los animales defecasen. Tampoco que como decía una de las supervivientes cuando vió al pequinés Sun Yat-Sen, que su dueño tenía el aspecto de preferir salvar a su mascota antes que a determinados hombres. Todo ello aderezado con que aquel barco no tenía botes salvavidas para todos los pasajeros sino solamente para un tercio del pasaje... En fin, clasismos aparte, me he visto perfectamente reflejada en esas mujeres que escondieron a sus perros entre sus ropas y tengo que reconocer que admiro la lealtad de Ann Isham negándose a abandonar el barco. La admiro, creo desde un punto de vista romantizado y con la boca pequeña claro, y vosotros ¿qué creéis?


Un paseo por cubierta, la de tercera clase, por supuesto


YWC

Con información de:





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