Lo confieso, en mi vida había oído hablar de Seabiscuit y
eso que tiene hasta películas rodadas en su honor. Si como yo ignorabas la vida y obra de este caballo de carreras,
aquí te hago un pequeño resumen de su biografía:
Seabiscuit era un pura sangre que durante los primeros años
de su vida como caballo de carreras, no había cosechado ningún éxito. Debido a
ello, su primer dueño se deshace de él y a los tres años de edad, el caballo y
pasa a manos del equipo que lo convertirá en campeón.
Entrenado por Tom Smith y montado por el jockey canadiense
Red Pollard, el animal empieza a convertirse en caballo ganador. Su éxito
imparable hace que los medios de comunicación de la época demandasen un duelo
entre el “invencible” War Admiral y el “renacido” Seabiscuit.
Como os
imaginaréis, de la que la prensa bautizó como Carrera del Siglo, salió victorioso Seabiscuit que fue nombrado
“Caballo del año 1938”.
Seabiscuit |
Tras el éxito, Seabiscuit y su jockey pasaron una mala
época, ambos con lesiones, todo hacía predecir que desaparecerían del mundo de
la hípica, más aún, si tenemos en cuenta que Red Pollard deprimido se hundió en
el alcoholismo.
Sin embargo y contra todo pronóstico, caballo y jinete
consiguieron recuperarse de sus heridas físicas y emocionales, volvieron a la
competición y siguieron cosechando victorias.
Supongo que es esa historia de superación, la que los
convirtió en un símbolo esperanza durante la Gran Depresión.
Sea como fuere, Seabiscuit, el caballo por el que nadie daba
un duro, pasó a la historia como uno de los animales más famosos del siglo XX.
Y vosotros, ¿conocíais a Seabiscuit?