Si el amor aprieta no es tu talla, como rezan las pancartas. Hoy, que como seguramente el spam ya se ha encargado de recordaros hasta la saciedad, es el Día de los Enamorados, queremos aprovechar tal efeméride para unirnos a la celebración a la vez que recordamos la calidad del amor que nuestros queridos seres sintientes nos profesan.
Soy la primera que no sabe vivir
sin perro por el amor incondicional que desprenden todos y cada uno de los poros
de su piel. Eso los hace a mis ojos adorables, achuchables, encantadores e
imprescindibles. Sin embargo, soy consciente de que esa lealtad tiene mucho de
dependencia emocional y no quisiera eso para mí ni para ninguno de los que me
rodean. Por tanto y por más que sea uno de sus puntos fuertes, no deberíamos aspirar a
que nadie nos quiera como lo hace nuestro perro, porque como decía la canción
aquella hortera, no es amor lo que tu sientes se llama obsesión.
Miremos mejor hacia esos otros
díscolos compañeros de cuatro patas, los gatos, que siguen creyendo que no
nos necesitan. Un gato solo te quiere porque así lo ha decidido no porque crea
que no puede vivir sin ti. Es un amor real, sano y recíproco en el que ambas
partes están ahí conscientes de querer formar parte de esa relación. Mirémonos
en ese espejo.
En el amor, queridos sed gatos. No
perdáis vuestra identidad ni vuestra independencia por amar a otro. En San
Valentín y en cualquier otra fecha: Quereos mucho, pero, sobre todo, quereos
bien.
Palabra de felino. Miaow.
YWC
San Valentín Gatuno. Fuente: Pixabay |
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