Esta mañana me he leído un fantástico artículo de National Geographic en el que básicamente se viene a decir que tu perro te quiere porque le falta un hervor... Lo que recoge la publicación es que según varios científicos expertos en ADN, aunque sigue sin estar clara la línea divisoria entre nuestros cánidos y sus primos salvajes, en algún momento en el que la vida de los lobos y la de los humanos se cruzó y su sociabilidad y su genética se enredaron en una maraña que aún hoy seguimos intentando desenredar.
Efectivamente, la domesticación del perro marcó un antes y un después en la relación entre humanos y animales. Sin embargo, seguimos sin saber cuál fue el motivo por el cual estas dos especies se unieron hace más de 30.000 años. Ahora, un estudio genético, podría arroja luz sobre esta conexión especial, identificando un gen clave en la sociabilidad de los perros: el GTF2I que sería el verdadero culpable de que nuestros queridos chuchos lejos de desarrollar el comportamiento agresivo que la mayor parte de los lobos dejan salir a partir de su adolescencia, mantengan un carácter infantilizado.
Este gen, está directamente relacionado con la empatía y el comportamiento social. De hecho, los humanos también podemos tener una alteración en ese mismo gen, que en nuestro caso es el responsable de un trastorno humano denominado síndrome de Williams-Beuren, que genera una gran afabilidad en las personas que lo padecen. Es conocido también su impacto en otros mamíferos, que se ven aquejados de una excesiva sociabilidad en entornos desconocidos así como un mayor miedo a eventos inocuos. En los perros, variaciones específicas en este gen parecen estar vinculadas a su comportamiento amistoso y sociable, características que los diferencian claramente de sus ancestros salvajes los lobos.
Aunque este hallazgo ofrece una explicación fascinante sobre la evolución del perro como compañero de fatigas de la humanidad, los investigadores insisten en que la domesticación es un proceso tan complejo, que difícilmente se ha visto únicamente influido por la genética, sino también por el ambiente en el que se desarrollen y la trayectoria o experiencias pasadas.
Os lo explican mucho mejor aquí:
Fuente: ¿Por qué te quiere tu perro? El secreto está en su ADN. National Geographic España
Cuídense,
YWC
Imagen generada con IA por ChatGPT de OpenAI basada en una descripción histórica de la domesticación del perro. |
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