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ANIMALES Y POLÍTICAS DE VIVIENDA


Esta semana pasada un artículo de Melisa Tuya, hablando sobre los realojos no contemplados para los animales de la Cañada Real, volvía a poner en el punto de mira la ausencia de políticas de inclusión animal por parte de las instituciones públicas. (Tenéis el enlace al artículo de Melisa aquí J
Hace muchos años, que distintos colectivos y particulares vienen denunciando esta práctica de las Instituciones, que no contempla la tenencia de animales en sus políticas de vivienda pública. Pensad en esto: ¿tienes un gato? Pues ¡ea!, ya no puedes postularte a la subasta de alquiler de tu pueblo, porque oh sorpresa, no se permite la tenencia de animales en el parque de viviendas de tu Ayuntamiento. O ¿tienes un perro y hasta hace poco tenías una hipoteca, pero la vida te da una guantada que te deja tonto y tienes que recurrir a la vivienda social? Pues adivina: deshazte de tu perro porque si no, no pueden ayudarte. Digo más, ¿Qué resulta que tú vivías tan tranquilo en tu casita hasta que un día a la Madre Tierra, con esto del cambio climático se le cruza el cable, la lía parda, y tienen que evacuarte? Pues una vez más: ¡Tachán! si tienes un periquito, lo mismo tienes que dejarlo donde está y empezar a hablar de él en pasado… Venga una variable más: ¿Has tenido la desgracia, de escoger mal a tu media naranja, y en realidad el tiparraco más que un cítrico es un excremento de rata, que para más INRI te pone la mano encima? Pues si estás en Asturias ahí estamos nosotros con el Protocolo Viogen, porque vamos lo que es la Consejería de Asuntos Sociales, como no te digan por dónde te puedes meter al perro… En fin siento ser tan bruta, sobre todo hablando de temas tan delicados, pero ye lo que hay. Os lo podría contar en fino, que para eso una está estudiada, pero ya os advierto que no cambia: Los animales no se contemplan en los planes de vivienda públicos.
Y os voy a ser sincera, me llama la atención, porque la administración va muchas veces por delante en esto de la política social, pero en éste caso, entiendo que por dificultades de implementación, suele ignorar sistemáticamente las demandas de familias mixtas: humano-animales.


Supongo que entienden que en caso de incluir la posibilidad de convivir con animales, se podría dar un mal uso de las viviendas, o que el desgaste y necesidades de reparación aumentarían, pero realmente con ese planteamiento dificultan aún más situaciones que ya de por sí son duras para las personas que las viven.
Sufrir un desahucio, ser víctima de maltrato o sobrevivir a una tragedia, no son circunstancias agradables para nadie. Por otra parte y respecto a las viviendas públicas que se subastan y son asignadas en función de los ingresos, parece que en realidad lo que estén planteando es que tengas que tener determinado nivel de renta para permitirte el lujo de tener un perro o un gato…
Todo esto además en un país, en el que se estima que al menos un 24% de sus habitantes tienen un perro y cerca del 10% un gato. ¿Hola?, ¿Me se oye?, ¿Hay alguien ahí? ¿De verdad que un 34% de españoles no es suficiente para incluir a los animales en los planes de vivienda?
Pues eso, queridos entes públicos, que a ver si nos vamos poniendo las pilas. Luego nos llevamos las manos a la cabeza cuando reventamos  anualmente los récords de abandono animal y resulta que es la administración pública la primera que lo fomenta.
El dato de los porcentajes se lo “cogí prestado” a Verne:
Bueno y la imagen se la “robé” a la tienda www.next.es donde si quisierais podríais adquirir ese felpudo J
Nos leemos,





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