A veces, cuando me pongo a leer artículos sobre gatetes, me pregunto a mi misma hasta qué punto quienes vivimos con ellos, no intentamos buscar señales de afecto hasta en los posos de café, en un intento desesperado de corroborar que la adoración que sentimos hacia ellos es recíproca.
En serio detengámonos un momento a pensar el tipo de explicación que recibimos acerca de los distintos comportamientos gatunos: ¿Tu gato te muerde?, No te preocupes, es porque te quiere; ¿Araña los sofás cuando llegas a casa? Estate tranquilo, que eso es amor del "güeno"; ¿Te pasa el culo por la cara cuando menos te lo esperas? Qué suerte tienes, está loquito por ti...
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En serio os lo digo, me da la risa, porque me recuerda a mis tiempos mozos y aquellos los ridículos test de las revistas como la Superpop, con los que pretendían resolver todas tus inquietudes adolescentes. Para los que no vivisteis aquella "prensa juvenil", básicamente consistían en una ristra de absurdas preguntas organizadas en torno a un titular muy loco del tipo: Cómo saber si le gustas por el color de su sudadera o Sois compatibles, fíjate en la forma en la que se coloca la cartera.... En los que el resultado invariable venía a ser huy-como-te-quiere-si-no-te-saluda-es-porque-es-muy-tímido... Vamos lo que viene a ser lo mismo que lo que te pasa con tu gato: haga lo que haga, la respuesta siempre es la misma: Te quiere.
Más adorables gatitos en la web de la autora Hanna Hillam
A ver, es una coña, en el caso de los gatos es verdad, en el de aquellas revistas, en fin, dejémoslo pa prao... La cuestión es que hoy leyendo una vez más acerca de las extrañas cosas que hace un gato para demostrar su afecto infinito, me he tropezado con un artículo estupendo en el que indican que esa manía de los minino de ponernos el culo en la cara, cuando uno menos se lo espera, se debe efectivamente a que lo que quiere es demostrarnos su simpatía.
Ese comportamiento, se debe básicamente a que quieren compartir con nosotros el olor de sus glándulas anales con las que secretan su olor y marcan su territorio. El hecho de presentárnoslo (es decir, el hecho de meterte el culo en la nariz), es una señal de reconocimiento.
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En lo que yo no había reparado es en el pequeño detalle de que precisamente porque sus glándulas están en el recto, es al usar el arenero cuando secretan la sustancia aceitosa que les permite marcar su territorio... Et voilà! probablemente sea tras su visita el excusado cuando nuestro minino más interesado esté en compartir con nosotros su olor. Oh Shit!🙀 Gracias cariño, me siento muy honrada, pero no es necesario.
Ains... Gatetes, Con lo detallistas que son ¡¿Cómo no vamos a quererlos?!
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