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Flora y Fauna del parque de perros IV: La señora bien

Puff, la señora bien... No debería yo hacer demasiada caricatura de este perfil, porque en un claro ejemplo de un Al platu vendrás arbeyu de manual, hasta yo misma me doy cuenta de que estoy apenas a una década de convertirme en una de ellas. Aunque también os digo: Ojalá que no.

Las llamo señora bien, porque ni siquiera yo sé como denominarlas sin caer en el insulto. Señoras bien, es una definición inexacta, algo que pretende ser irónico, pero que ni lo consigue, ni describe su realidad. Cuando digo "bien", no me estoy refiriendo precisamente al dinero o a la clase social, sino a una actitud altiva y estirada, la de esas mujeres que van con su perro patada en el cuello y no permiten que se les acerque ningún otro animal (ni ser humano) en cincuenta metros a la redonda... Ojo no confundir este perfil, con esas señoras de mediana edad que también tiene perro, para más señas pequeño, con las que te cruzas habitualmente en el parque. 
Para aprender a distinguirlas aquí van unas sencillas claves (o tips como dicen los modernos): 

- Si son majas y te hablan, no son una de ellas. 
- Si permiten que tu perro le olisquee el culo al suyo, por supuesto que tampoco.
- Básicamente si no os mira a ti y a tu perro como si fuerais algún tipo de bicho infecto, al que habría que hacer desaparecer, definitivamente no estarías ante una de ellas.

Yorkie de Freepik. No tengo nada en contra de la raza, pero su pequeño tamaño lo hace ideal para acompañar a este tipo de señoras y señoros


La señora bien, es un caso curioso porque no se trata de  una persona perrofílica, sino de un claro caso de perrofobia encubierta. 

Ellas tienen perro sí, pero, ¿qué tendrá eso que ver?. El suyo, es perro por mala suerte, pero sabe comportarse y es tan guapo y listo que es casi, casi como si fuera humano. Eso lo diferencia claramente de esos esos otros chuchos, el tuyo entre ellos, sacos de pulgas, que campan por ahí a sus anchas. 

Sus perros, apenas micionan o manchan, porque están educados, no como los otros, los tuyos, que son una fuente continua de deshechos antihigiénicos y vector de contagios de sabe dios qué nueva pandemia mundial. 

Sus perros nunca molestan, solo ladran, si acaso, para alertar a su dueña a la que tanto adoran, de la existencia de algún ruido o persona indeseable. Son los otros, los tuyos insisto, lo que no paran de ladrar con el único fin de molestar y destrozar los nervios de los vecinos. 

Sus perros nunca muerden, solo enseñan los dientes porque los molestan, son las otras bestias, sí, sí, la tuya incluida, las que están sin civilizar....

Las señoras bien, son esas mujeres, que no dejan que sus perros se relacionen con sus semejantes. Se excusan en su pequeño tamaño, en su delicadeza o en la barbarie de los otros. Son las que te amenazan con llamar a la policía si haces el amago de soltar a tu perro, o si tienes la mala suerte de que tu animal se acerque a intentar jugar con el suyo. 
Normalmente sus pobres chuchos, están sin socializar y acaban teniendo un carácter tan impertinente como el de sus dueñas, y esa suerte tienen, porque ¿os imagináis vida más desgraciada que la de un perro que queriendo salir, correr, socializar y saltar, no le dejan siquiera posar las patas en el suelo?

Las señoras bien, son en definitiva  contradicciones andantes. Gente a la que le gustaría que los perros no existieran, si no fuera, por el pequeño detalle de que por ellas, solo sienten aprecio los suyos. 






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