A las muy buenas muchachada, ¿cómo vais?
Por si no lo habíais deducido ya por el saludo, y su olor a #ranciofact y viejuno, a mí esto de las redes sociales y de los selfies me pillan mas bien talludita. Sé lo que es Tik Tok, igual que supe en su día lo que era Snapchat, como se dice por estos lares d´ureya (de oído), pero yo ni tengo cuenta, ni intención de tenerla. A ver, que soy consciente de que pese a que yo me cierre en banda a relacionarme a través de vídeos, fotos y stories, el mundo a mi alrededor gira en torno a ellas. Son los tiempos que nos ha tocado vivir, pero mucho cuidadín con pensar que tener un perro, o un gato, es solamente hacerle fotos cuquis para subirlas a su propia cuenta de Instagram.
Foto supercuqui pal insta de Freepik #instadogs #dogsofinstagram #doglover #puppy #superchachiguachidogs |
Y pensaréis, ¿Qué coño narices le pasa a esta mujer con el instagram ahora? Pues en realidad nada, pero en los últimos tiempos me he tropezado con demasiada chavalería, nueva en esto de la tenencia de los perros, que los primeros tiempos de su cachorro, cuando solamente era un pequeño peluche animado con el que llenar cienes y cienes de stories de instagram, estaban encantados de haberse conocido, pero que cuando el animalito además de crecer, manifiesta sus necesidades diarias: correr, relacionarse, salir, la cosa cambia.
Os sorprendería la cantidad de gente que reconoce que cogió a su perro solamente porque vió la foto de un animal monísimo. Después te comentan que claro, que el perro rompe cosas, que no sabe hacer sus necesidades en la calle, que ladra o que se les escapa y que están empezando a desesperarse. Alguno incluso reconoce, que se planteó deshacerse de él.
A mí sinceramente esto de las mascarillas, me viene de perlas para que no se me vea la cara de acelga pocha que pongo, cuando me cuentan estas cosas. A ver, que un perro no va a pilas, que no es como el tamagochi, que hay que sacarlo y educarlo, y por supuesto hay cosas que aprenderá, pero también hay muchas otras que vas a tener tú que enseñarle.
Que a estas alturas de la película tengamos que seguir repitiendo esto, manda cojones narices.
Pues eso, que me parece muy bien, que nos pasemos la vida haciéndonos fotos con encuadres estupendos, llevando fantásticos outfits y mostrando idílicas puestas de sol, pero que ni los gatos ni los perros son solamente imágenes cuquis en un álbum. Su esperanza de vida supera la década. Imagináos la cantidad de fotos que caben en más de diez años. Podéis dedicaros íntegramente a ser sus community managers, pero por favor, recordad que son seres vivos, que además del filtro valencia, requieren de cuidados, cariño y atención. Si solo queréis postureo, aplicad el Sasha Dog en vuestras fotos, y a otra cosa, mariposa.
Nada más que añadir señoría.
Fdo. Dos viejunos obsoletos.
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