Tenemos más experiencias
terapéuticas que queremos compartir con vosotros, os hemos narrado el beneficio
que los presos y los jóvenes en riesgo de exclusión han recibido de las
terapias con los animales abandonados tutelados por Amigos del Perro y hoy
queremos cerrar esta ronda contándoos las sesiones de convivencia desarrolladas
en colaboración con la Fundación Telefónica y los integrantes de Down Asturias.
Entre las actividades que la
Fundación Telefónica ofertaba a sus trabajadores se encontraba un Programa de
Voluntariado Corporativo del Grupo Telefónica. En el marco de éste programa se
celebraban encuentros en los que los protagonistas eran tanto las personas con
síndrome de Down como los animales del albergue gestionado por Amigos del
Perro, que participaban en la jornada.
Y ¿Qué es lo que perseguían estas
convivencias humano-caninas? Pues al igual que en el resto de programas de
terapia asistida con animales, se pretendía reforzar la autoestima de las
personas, fomentar el contacto social, las relaciones interpersonales y la
comunicación.
Las actividades se organizaban en
torno a las visitas en las que se paseaba con los animales, se los cepillaba,
se jugaba con ellos y todo ello sazonado con muchas golosinas que por supuesto,
los perros recibían alborozados. De estas tareas en apariencia tan sencillas se
obtienen efectos muy positivos en el estado de ánimo de las personas con
discapacidad. La actitud y la disposición mejoran al relacionarse con los animales
y con las personas (los trabajadores de la protectora y los voluntarios del
programa). Se sienten útiles y aceptados, al mismo tiempo que para los
animales, las visitas son días especiales, en los que reciben cuidados y
atenciones, pasean, socializan y son el centro de atención de personas nuevas que
los acarician y al menos por un día se sienten queridos.
Down Asturias en el albergue, octubre de 2016 |
Los perros son en definitiva grandes aliados en la lucha contra la marginación y tienen la capacidad de reforzar la autoestima de las personas con las que se relacionan. Todo ello aún incluso siendo animales defenestrados como los que pueblan los albergues.
Es más, como hemos visto en muchos de los programas que se han ido desarrollando desde la Fundación Amigos del Perro, los beneficios de la puesta en marcha de estas terapias, son recíprocos ya que si las personas ayudan a que los animales sean socializados y recuperen la confianza, los perros también ayudan a los participantes a adquirir responsabilidades, interrelacionarse, comunicarse y auto reafirmarse.
Por eso la próxima vez que alguien os diga eso de “pero si sólo es un perro”, sonreíd, encogeos de hombros y continuad con vuestras vidas sabiendo que no son solo perros, sino psicoterapeutas caninos J
Por eso la próxima vez que alguien os diga eso de “pero si sólo es un perro”, sonreíd, encogeos de hombros y continuad con vuestras vidas sabiendo que no son solo perros, sino psicoterapeutas caninos J