¿Sabéis? Yo soy una de esas ingenuas, que pensaba que a estas alturas de
la película nuestra sociedad habría evolucionado lo suficiente como para que la
Violencia de Género hubiera pasado a ser un anacronismo. Pero por desgracia
parece que involuciona y en eso como en tantas otras cosas no acertaron mis
predicciones. Moriría de fame si
tuviera que ganarme la vida adivinando el futuro, ya os lo digo…
Lamentablemente esta lacra que debería haber sido erradicado de nuestras
vidas hace generaciones, no es solo que continúe presente, sino que en los
últimos tiempos parece haberse incluso incrementado … No es mi intención hacer
un análisis de los distintos motivos que han desencadenado estas
circunstancias; tampoco esbozar la problemática a la que nos enfrentamos como
sociedad, sino simplemente compartir con vosotros la información del protocolo
Viogen, para que, aunque deseo fervientemente que nadie tenga necesidad de
hacer uso del mismo, si por desgracia, alguno de vosotros o alguien a quien
conocéis se ve envuelto en una situación semejante, conozca al menos de su
existencia.
Viogen se lleva desarrollando desde el año 2006, aunque no fue hasta 2014
que fue formalizado en un protocolo. Con esta iniciativa Amigos del Perro pretendía
dar respuesta a las necesidades específicas de un colectivo concreto: aquellas
propietarias de mascotas, que siendo víctimas de violencia de género, no
disponían de un sitio seguro en el que reubicar a sus animales.
Como sabéis la administración aún no ha dado un paso adelante en la
incorporación de animales en sus protocolos de acogida. No hay por desgracia vivienda
social, que permita animales y los centros donde se ampara a las mujeres
víctimas de la violencia doméstica, no son una excepción. A esta situación,
tenemos que añadirle un agravante y es que los animales, cuando no son
utilizados como rehenes para chantajear emocionalmente a las víctimas, suelen
ser ellos mismos objeto de maltrato.
Todos los que consideramos a nuestros animales como parte de la familia
podemos hacernos una idea del dolor que estas mujeres tenían que sentir en el
momento en el que la administración les hacía escoger entre trasladarse a un
lugar seguro y abandonar a su perro/gato, o quedarse a merced de su maltratador
tanto ella como todos los integrantes de su familia, perro/gato incluido.
Es precisamente para evitar poner a las víctimas de la violencia ante
esta desgarradora diatriba, que se establece el Protocolo Viogen.
El protocolo permite a Amigos del Perro en colaboración con las
autoridades competentes poner en marcha las actuaciones pertinentes para poder
sacar al animal del entorno de violencia en el que reside. Después se le
procura alojamiento y cuidados durante el tiempo requerido por su propietaria y
finalmente en el momento en el que la víctima se considere en condiciones de recuperarlo,
éste le es entregado nuevamente sin que esto suponga por supuesto ningún coste
para ella.
Insisto: espero de corazón, que jamás de los jamases tengáis necesidad de
utilizar éste protocolo, pero queríamos que supierais qué existe.
Un abrazo,