Si habéis tenido quince años y un alma enamoradiza y volátil probablemente conozcáis los veinte poemas de amor y una canción desesperada del aclamado poeta chileno y Premio Nobel de literatura Pablo Neruda.
Yo me pasé la adolescencia, lo reconozco, con sus poemas y los de Bécquer en la boca. Después también he de reconocer, que perdí esa afición atribulada a la poesía. Mal hecho, por eso os lo traigo a colación hoy aquí, en un vano intento de corregirlo.
Aunque sus versos románticos son tan conocidos como su carrera política, tal vez desconociérais, como a mí me ocurría, el amor que Neruda profesaba por los perros.
A lo largo de su vida, compartió con distintos animales sus viajes, penas, alegrías y exilio. Fue uno de sus perros Nyon, el único testigo de su boda, y fue también un perro, el chow-chow Chu-Tuh, el último testigo de sus días.
Neruda y Chu-Tuh. Fuente: Sr. Perro |
Narran su historia compartida de forma detallada y delicadamente maravillosa en este artículo de Clarín: Compañeros del alma. Los otros amigos de Pablo Neruda.
Calbuco, Cutaca, Donegal, Panda, Niebla, Nyon y Chu-Tuh, fueron los nombres de sus compañeros caninos, y fueron ellos la fuente de inspiración de múltiples de sus escritos.
En Confieso que he vivido, recogía con esa nostalgia suya, el ideal en el que le gustaría que su vida se viese inmortalizada:
Así me gustaría quedarme siempre, frente al fuego, junto al mar, entre dos perros, leyendo los libros que harto trabajo me costó reunirlos, fumando mis pipas.
La famosa Canción Desesperada, el poema 20, comenzaba con un Puedo escribir los versos más tristes esta noche, pero más tristes y hermosos que los de aquella ausencia de haberla perdido, es el poema que le dedicó, no estoy segura de si a Calbuco o a Cutaca, en Un perro ha muerto.
Neruda y Nyon. Fuente: El Mundo |
Como no quiero que empecéis desde un pozo de tristeza la semana, os dejo el enlace al poema de la despedida que antes que yo recogieron en Sr. Perro y El Mundo, y mejor recojo a continuación otro de sus famosos poemas caninos, su Oda al perro, un canto alegre a la intensidad de la relación entre perros y humanos en la que se recrea una tarde de septiembre:
ODA AL PERRO
"El perro me preguntay no respondo.Salta, corre en el campo y me preguntasin hablary sus ojosson dos preguntas húmedas, dos llamaslíquidas que me interrogany no respondo,no respondo porqueno sé, no puedo nada.A campo pleno vamoshombre y perro.Brillan las hojas comosi alguienlas hubiera besadouna por una,suben del suelotodas las naranjasa establecerpequeños planetariosen árboles redondoscomo la noche, y verdes,y perro y hombre vamosoliendo el mundo, sacudiendo el trébol,por el campo de Chile,entre los dedos claros de septiembre.El perro se detiene,persigue las abejas,salta el agua intranquila,escucha lejanísimos ladridos,orina en una piedray me trae la punta de su hocico,a mí, como un regalo.Es su frescura tierna,la comunicación de su ternura,y allí me preguntócon sus dos ojos,por qué es de día,por qué vendrá la noche,por qué la primaverano trajo en su canasta nadapara perros errantes,sino flores inútiles,flores, flores y flores.Y así pregunta el perroy no respondo.Vamos hombre y perro reunidospor la mañana verde,por la incitante soledad vacíaen que sólo nosotros existimos,esta unidad de perro con rocíoy el poeta del bosque,porque no existe el pájaro escondido,ni la secreta flor,sino trino y aromapara dos compañeros,para dos cazadores compañeros:un mundo humedecidopor las destilaciones de la noche,un túnel verde y luegouna pradera,una ráfaga de aire anaranjado,el susurro de las raíces,la vida caminando,respirando, creciendo,y la antigua amistad,la dichade ser perro y ser hombreconvertidaen un solo animalque camina moviendoseis patasy una colacon rocío".
Sean ustedes todo lo felices que puedan y les dejen,
Buena semana,
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