Héroes de Cuatro Patas, es una iniciativa que surge en el seno del Cuerpo Nacional de Policía. Un
grupo de personas amantes de los animales inicia esta andadura con la intención
de buscarles un final de vida digno a los miembros de las Unidades Caninas que
han trabajado codo con codo junto con los destacamentos de las fuerzas de
seguridad del estado. Su intención es que estos animales que han contribuido
con su labor en el bien de la sociedad se vean recompensados con una vejez digna
y arropada en un hogar, y que dejen de ser considerados una mera herramienta de
trabajo. Desde su página web, se pueden conocer las historias de los animales y
sus guías.
Realizan un protocolo de adopción
minucioso similar al de las distintas protectoras españolas y mediante el apoyo
del guía de trabajo del animal que es quien mejor conoce al perro, buscan la
familia idónea para cada uno de sus miembros.
Me ha encantado su historia y os
invito a conocerlos a través de su página web:
WANDA, PASTOR ALEMÁN HEMBRA, 9 AÑOS. EN ADOPCIÓN EN HÉROES DE 4 PATAS |
Por si pudierais tener alguna duda
o reticencia acerca de este proyecto, os planteo la historia que hace un par de
años leí en la prensa:
Turco, era un perro labrador que un miserable
abandonó en Tarifa en 2008 tras haberse cansado de maltratarlo y haberle
causado un tajo en el cuello para arrancarle el chip identificativo. El pobre Turco,
fue a parar a un campo de maniobras militar donde comenzaría su nueva vida.
Allí recayó en manos de una soldado vallisoletana de 22 años que le hizo
recuperar su fe en la humanidad. Sería en Valladolid donde un bombero del grupo
de especialistas en rescates de la Junta de Castilla y León, se fijaría en
aquel animal que todo lo olfateaba. Aunque a su entonces dueña y rescatadora se
le partía el alma en pensar en despedirse del animal, el argumento que utilizó
el bombero fue incontestable: “Imagínate que algún día Turco salva una vida”… Y
Esa frase se convirtió en una profecía para el perro. Completado el
entrenamiento, Turco voló hacia Haití, donde tras el terremoto de 2010 su labor
se convertiría en imprescindible. Durante 9 días trabajando de sol a sol,
participó en el rescate de 18 personas.
Tras su bautizo de fuego, Turco,
siguió trabajando y colaborando en salvamento, Ecuador o Chile fueron otros dos
de sus destinos profesionales.
Leído en XL Semanal:
Ironías de la vida, un desalmado le
partió el alma y otros héroes anónimos se la recompusieron. En el camino, Turco
le devolvió con creces a la vida la segunda oportunidad que le daba el destino.
Después de leer una historia como la
de Turco, ¿no crees que tanto él como el resto de sus compañeros caninos se
merecen una hogareña jubilación?