Tenemos miles de ocupaciones de todo tipo: laborales, domésticas, sociales... No nos queda mucho tiempo para mimos extras, así que cuando nuestro perro o gato se pone pesado intentando que juguemos con él o le rasquemos la cabeza un rato, acaba por molestarnos porque no nos deja hacer lo que tendríamos que estar haciendo... ¿verdad?
Lo estamos enfocando mal.
Siempre habrá algún whatsapp que contestar, algún juego que terminar, una noticia que acabar de leer, platos por fregar, etc. Siempre. Tenemos ocupaciones suficientes como para tenernos con la lengua fuera de aquí al día del juicio final. Pero las oportunidades de disfrutar con tu peludo que dejes pasar no podrás recuperarlas, así que sé racional con tu tiempo.
Aprende a diferenciar entre urgente e importante: contestar ese email puede ser urgente, pero ¿es importante? ¿Se hundirá el mundo si preparas la cena 10 minutos más tarde? Si no tuvieras cobertura en este momento, o el móvil estuviera descargado, o en silencio dentro del bolso, ¿perderías a tus amigos? En todos estos casos, la respuesta es NO.
En cambio, jugar con tu peludo, prestarle atención, regalarle y regalarte diez minutitos de mimos o ayudarle a recuperar esa pelota que se le ha colado por debajo del sofá, sí son cosas importantes. Y es tiempo que le dedicas y te dedicas, que también te lo mereces.
Empieza hoy mismo. Deja la aspiradora para después, total las pelusas van a seguir ahí esperándote cuando vuelvas, y sal a la calle ahora que hace sol, lleva a tu perro al parque a jugar con la pelota y correr por la hierba; si te empeñas en seguir limpiando, quizás cuando quieras salir esté lloviendo otra vez y habrás vuelto a fallar.
El amor hay que alimentarlo día a día, no lo descuides.
Kamparina