El albergue municipal de Langreo está lleno de perros de todos los colores y tamaños (sexos, de momento, solo tenemos dos opciones). Algunos son sociables y están sociabilizados y habituados a convivir con humanos, otros no tanto, pero todos se benefician de un rato de ejercicio en el que pueden aprender a relacionarse, instrucciones básicas (sentarse, esperar, caminar junto a ti, etc.) y de paso, conseguir algún que otro premio comestible.
Gracias a un grupo de voluntarios, algunos de los perros de Langreo están disfrutando de un curso de adiestramiento; Moro, Visi, Idefix, Roque y Max están aprendiendo y preparándose para encontrar la familia ideal.