Uno sabe que no está del todo en sus cabales cuando las
canciones de amor no le recuerdan a su pareja sino a sus animales. Pues
inevitablemente eso es lo que le ocurre a una humilde servidora con una canción
de los Ronaldos, que hace un par de años en su versión acústica, Coque Malla
volvió a popularizar a través de un anuncio de Ikea:
La canturreo sin querer cuando la gatucha infame que comparte mis días, se empeña en que me tumbe para dormitar con ella, enredándose en mi pelo como dice la canción, al acomodarse al cuello, su rincón preferido para las siestas. Y entonces me doy cuenta de que lo que llegó como una acogida temporal, a ver qué pasaba, se ha convertido en un bastión moral imprescindible al que aferrarme.
Y repite Coque Malla:
No puedo vivir sin ti, no hay
manera,
no puedo estar sin ti, no hay manera.
Me dijiste que te irías, pero llevas en mi casa
toda la vida.
Sé que no te iras, tú no te iras...
Has cambiado tu bandera,
traspasado la frontera,
eres la reina.
Siempre reinaras, siempre reinaras.
no puedo estar sin ti, no hay manera.
Me dijiste que te irías, pero llevas en mi casa
toda la vida.
Sé que no te iras, tú no te iras...
Has cambiado tu bandera,
traspasado la frontera,
eres la reina.
Siempre reinaras, siempre reinaras.
Y yo no puedo evitar acordarme de la tigresa de kilo y medio
que reina en mi sofá J