Más o menos, todos sabemos cuáles son las necesidades básicas de un perro: comer, beber, hacer ejercicio, vacunas, desparasitación... pero esto es sólo lo básico. Como los humanos, necesitan muchas otras cosas, no tan básicas, pero también importantes.
Abraham Maslow describió en Una teoría sobre la motivación humana la jerarquía de necesidades, entendiendo que una vez satisfechas las más básicas, se desarrollan necesidades y deseos más elevados. Esta jerarquía, representada en forma de pirámide, es igual de aplicable a los perros, que a fin de cuentas, hemos ido adaptando a nuestra sociedad y forma de vida a lo largo de milenios. En realidad, es muy probable que sea aplicable a todos los demás animales, cada uno con sus particularidades sociales.
Así, tenemos como necesidades fundamentales, en la base de la pirámide, las fisiológicas, es decir, respirar, comer y beber, evacuar los desechos corporales, no sentir dolor, descansar y dormir, tener una temperatura confortable, no pasar frío ni calor.
Cubiertas estas necesidades, las siguientes que se presentan son las relativas a la seguridad: estar protegido, asegurar la integridad física y la salud, tener un orden conocido que facilite todo esto y evite la incertidumbre.
El siguiente paso son las necesidades sociales, las relaciones dentro y fuera de la familia, el amor, el sentirse parte de un grupo.
Hasta aquí, humanos y perros coincidimos perfectamente. Las diferencias empiezan en el siguiente escalón de la pirámide, no en su concepción, sino en su realización. Ahora estamos en las necesidades de afiliación, es decir, de estima propia y ajena, confianza en uno mismo y reconocimiento social. Y en el último escalón, la cima de la pirámide, está la autorrealización, la motivación, la superación continua. Las necesidades de estos dos últimos peldaños se desarrollan de manera diferente para humanos que para perros, pero son igual de importantes.
Un perro necesita apoyo moral, sí. Saber que es un buen perro, que es apreciado, que lo está haciendo bien. Necesita estar motivado para aprender cada día, para seguir desarrollando su inteligencia; necesita estar entretenido, ocupar su mente, ver (oler, sobre todo) cosas nuevas, conocer más gente y más perros.
Muchos perros viven sin tener cubiertas apenas sus necesidades básicas. Los perros que tutelamos las tienen cubiertas, y también las necesidades de seguridad y, con limitaciones, las sociales. Pero para poder cubrir todas sus necesidades, precisan una familia, un hogar. ¡Adopta!