¡Hola! Me llamo Luna, tengo
tres meses y vivo con mis padres y seis hermanos en una tienda. La tienda está
en un centro comercial, y seis días por semana pasa mucha gente y nos mira y
nos dice cosas, algunos se acercan a saludar, al principio me daban miedo
porque son muy grandes y hacen mucho ruido, pero mamá dice que en general no
son peligrosos. A uno de mis hermanos se lo llevaron ayer, lo compró una mujer
para regalárselo a sus sobrinos. Como hablaban de lo que pesaba y cosas así,
creí que lo compraban para comérselo, pero mamá dice que no, que nos compran
como regalos, somos juguetes: la gente nos ve, le gustamos, dice que somos
graciosos o divertidos, y nos compran y nos llevan a sus casas.
Mamá dice que pronto nos
comprarán a todos los pequeños, porque ya hay luces de colores y más gente, y
eso se llama “navidad”, y se regalan muchos perros pequeñitos y peludos como
nosotros, y nos iremos a vivir fuera de la tienda, donde hay otras personas y
otros perros, y veremos el mundo exterior. Me da un poco de miedo, porque nunca
he salido de la tienda, y mamá tampoco, así que no sabe muy bien cómo es, pero
espera que tengamos suerte y nos traten bien ahí fuera, porque por lo que dicen
en la tienda, a veces los compradores se cansan pronto de nosotros y ya no nos
quieren.
Sobre todo, mamá espera que
a mi hermana y a mí nos compren pronto, porque a ella no la compró nadie, y
cuando tuvo edad para criar y nacieron sus primeros hijos, a su madre la
mataron porque ya no la necesitaban, y no quiere que le pase lo mismo, aún no.
A mí me gustaría ver el
mundo, quiero saber cómo es correr por la hierba, tener una casa, conocer a
otros perros, pero no quiero ser otro juguete abandonado…