Un claro ejemplo de cómo aplicar las habilidades propias en beneficio de los animales: Lucio es un “manitas” que lo mismo pone vallas que repara neveras, y además, tiene una especial capacidad para tranquilizar a los perros con problemas. Colabora principalmente con la Fundación Amigos del Perro, en el albergue de Langreo.
¿Qué haces?
Aparte de las chapucillas del albergue también paseo y socializo perros miedosos, desconfiados etc.
Empece paseando perros y dedicándoles todo el tiempo, pero viendo las carencias que tienen las instalaciones de Langreo y las pocas ayudas que recibe, me centré en intentar mejorarlas arreglando desperfectos, pintando, haciendo patios para que los perros puedan salir, segando, y en general mejorando las instalaciones en lo posible.
¿Por qué lo haces?
Lo hago porque me siento bien conmigo mismo y sobre todo por ellos, que se lo merecen todo.
¿Qué consejo darías a los nuevos voluntarios?
Mi consejo es que dediquen el máximo tiempo posible a los animales que tanto nos necesitan. Que suban un día que volverán, como hice yo hace ya casi cuatro años.
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