«Madre no hay más que una... y a ti te encontré en la calle». Todos hemos oído esta frase en alguna ocasión, y hoy vamos a aplicarla a la reproducción canina. Sí, sí, exacto, a la multiplicación de los perros y las perras.
Un cachorro tiene una madre y un padre, hasta aquí todo perfecto. Pero la camada, es decir, el conjunto de cachorros nacida del mismo embarazo de una perra, tiene una sola madre pero puede tener varios padres.
En efecto, la perra produce varios óvulos, que pueden ser fecundados por espermatozoides de distintos machos, si la hembra se aparea durante el período de celo con distintos perros. De ahí que muchas veces veamos hermanos de camada perfectamente diferentes entre ellos, aunque en esas diferencias también juega la carga genética recibida, es decir, que dos hermanos pueden tener un mismo padre y sin embargo no parecerse demasiado, como ocurre con los humanos, porque uno se parece más a la madre y otro al padre (o a la abuela Severina, o al tío Julián...).
Las camadas de este tipo se dan también en los gatos, y en principio, en cualquier animal que produzca más de un óvulo a la vez.