Estamos en época de fiestas que se prolongarán todo el verano, esto hace que se utilicen los fuegos artificiales que en general suelen provocar situaciones de pánico en nuestros perros.
El oído del perro es el segundo de los sentidos más desarrollados, pueden escuchar mucho mejor que los seres humanos. Son capaces de oír frecuencias que nosotros ni siquiera escuchamos. Los perros comienzan a ladrar sin motivo aparente cuando escuchan algo, el propietario, confundido ante esta reacción, no sabe qué hacer y termina por callar los ladridos el perro pensando que es un mal comportamiento cuando es totalmente lo opuesto y el perro solo está tratando de defender su territorio.
Los perros pueden percibir un sonido debil a una distancia entre cuatro y cinco veces mayor que un ser humano. Su oído es cuatro veces más afinado que el nuestro.
Además, el oído del perro es muy selectivo, lo que significa que se puede dormir escuchando la TV, pero se despierta tan pronto como escucha algo no relacionado con el sonido de la TV, los perros filtran sólo lo que quieren oír.
Debido a esto, el estruendo de los fuegos artificiales puede ser una verdadera tortura para ellos, podríamos pensar en lo molesto que sería para nosotros que estuvieramos de pie al lado del motor de un avión cuando está en marcha, para hacernos una idea de lo que pueden percibir y del pánico que pueden llegar a tener, ya que oyen pero no saben de donde viene y además hasta podríamos decir que les duelen los oidos con el ruido.
Por eso hay perros que en su afan de huir de ese ruido, desarrollan comportamientos de verdadero pánico, llegando a destrozar muebles en su empeño de huir del ruido ensordecedor e inmotivado, del que no pueden escapar.
¿Cual debe de ser nuestra reacción ante estas situaciones?
En primer lugar, no reñirle por estar asustado, unirás su situación de pánico a tus palabras, lo que hará que se sienta totalmente indefenso.
Tampoco le mimes, porque interpretará que tu estás contento por su comportamiento y tenderá a repetirlo, no hay que sobreprotegerlo, hay que ayudarle a que gestione ese miedo y pueda llegar a asumir la situación como molesta pero no peligrosa.
Deberás estar con él cuando esta situación se produce, incitandole al juego, quitando importancia a lo que ocurre fuera de casa y haciendo de ese momento algo placentero, hay que intentar que el perro esté focalizado contigo y así olvide lo desagradable del ruido que se produce en el exterior. Además al verte a ti tranquilo y alegre, entenderá paulatinamente que si tu no te preocupas, quizás él tampoco tenga motivo para preocuparse.
Siempre se recomienda que el perro tenga un lugar en la casa que sea su refugio, un transportin, una caseta, una manta, en un lugar tranquilo, con pocos ruidos, relativamente aislado, suele ser un buen sitio el baño o el aseo, ya que al ser interiores lo normal es que les llegue menor volumen de ruidos del exterior, como caseta podemos usar una simple caja de carton, porque el carton aisla del ruido, y como manta, para momentos de crisis, utilizar una ropa vieja nuestra que hayamos usado, él se sentirá tranquilo porque nuestro olor le tranquilizará.
Por otro lado, tambien tienes la opción de amortiguar o camuflar el sonido de los fuegos artificiales, en primer lugar, bajando todas las persianas de la casa, y sustituyendo los sonidos exteriores con otros sonidos que le resulten más agradables, como puede ser música rítmica y a volumen alto, de manera que su selectivo oido se enfoque hacia ese sonido y no el de los fuegos artificiales.
Si todo esto no fuera suficiente, consulta con tu veterinario la posibilidad de darle feromonas, medicación o terapia para ayudarle a superar sus miedos.
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