Hola otra vez. Soy un perro. Un perro esterilizado, que en mi caso y en el de muchos otros, significa emasculado, es decir, castrado por extirpación de los testículos. Mi humana dice que lo ideal para perros como yo sería la vasectomía, pero de momento la evolución comercial de la medicina veterinaria hace que esa opción no sea realista, y menos en el caso de perros de albergue o perrera.
Pero a lo que íbamos... soy un perro, soy macho, como se observa a simple vista. Pero los perros nos guiamos más bien por el olfato, así que para algunos congéneres no está claro cuál es mi sexo. Y como la esperanza es lo último que se pierde, los machos se emocionan pensando que aunque no huela a hembra, tampoco huelo a macho y a lo mejor... ¿no?
Pues no. No me gusta nada que me acosen sexualmente :Þ
Estos perros que se confunden son los que no han conocido antes perros esterilizados, sean machos o hembras, y por eso no son capaces de diferenciar el sexo.
Mientras sigan aumentando el abandono y la cría indiscriminada, potenciada por la compraventa ilegal, la esterilización es la única opción viable para controlar la creciente población canina (y felina). Al menos, la única opción aceptable para los proteccionistas, porque los otros, los que nos consideran cosas sin derechos, esos solucionan fácilmente el problema de camadas indeseadas o perros molestos matándonos sin más o abandonándonos para que muramos o nos maten otros.
Hay muchos, muchos perros y gatos en riesgo de acabar así, sin motivo alguno. Si tienes un hueco en tu corazón... ¡adopta!