Hace poco os conté la historia de una princesita que encontró un hogar, si os lo perdisteis, podéis leerlo pinchando aquí . Hoy os voy a contar como les va a ella y a su nueva familia. Era tan pequeñita, estaba tan delgada y despeluchada y tan... todo, que les resultaba muy difícil tenerla aislada mientras se curaba de la infección por hongos; al principio todos respetaban escrupulosamente el aislamiento, la tocaban con guantes y se ponían ropa que no salía de la habitación en la que estaba, y se lavaban bien antes de salir de ella. Pero claro... Nano, que es un perro muy parecido a mí y a la vez muy diferente (que cosas tan raras digo, ¿verdad? es que Nano tiene el pelo clarito y yo negro, Nano pesa 6 kgs. y yo 16, pero los dos somos andaluces y mestizos de pelo rizado, y tenemos una vida estupenda), lo que decía, Nano se pasaba las horas tumbado con la nariz pegada a la puerta de la habitación de la princesita, y la pobre daba saltitos para ver más allá y acercarse a ellos, y es...