Hace un par de semanas, el amago
de carta de despedida que le dediqué a Pajomal, suscitó algunas dudas en lo que
a la política de voluntarios seguida por la nueva gestora se refiere. Como en
los tiempos que corren, las susceptibilidades están a flor de piel, no querría
dejar pasar la oportunidad de aclarar algunos aspectos para evitar generar
malentendidos, así que allá voy:
En mi escrito, yo solo quería
dejar constancia de la ruptura emocional que suponía para mí (bueno aquí es más
bien un nosotros) dejar de pasar en Pajomal algún que otro domingo, pero, y he
aquí el grueso de la asunto, no porque la nueva gestora, en este caso Dog
Harmony, no nos lo permita, si no por una cuestión mucho más simple: Nosotros
somos voluntarios en Amigos del Perro. Si Amigos del Perro está en Pajomal,
estaremos en Pajomal, si está en Serín, pues allá tendremos que trasladarnos,
pero no hay una prohibición expresa ni implícita por la que yo tenga que dejar
de visitar el Albergue de Langreo.
En definitiva, que no era (ni es)
mi intención echar más leña al fuego insinuando que la nueva gestión no
permitía a los antiguos voluntarios atender a los animales.
Cualquier persona que esté
familiarizada con el mundo del voluntariado, estará de acuerdo conmigo en que
la mayoría de los voluntarios están vinculados a una ONG, Red o Asociación
concreta. Seré más precisa: por norma general, si eres voluntario en una
protectora animalista, eres voluntario de una gestora especifica: Amigos del
Perro, El Trasgu, La Protectora, Mas que chuchos, Adoptastur, Animales del
Oriente, Adata, Alma Animal, Sos Gatos, Corvera Felina, Luz Felina… Somos
“cienes y cienes”, y al margen de cómo sean las relaciones interpersonales
entre nosotros, lo habitual, es que quien colabora con una asociación esté
vinculada a la misma, y no colabore con otras o al menos no, con el mismo nivel
de compromiso. A ver, hay honrosas excepciones, también conozco voluntarios que
colaboran activamente en distintos centros, pero, no suele ser lo habitual.
De hecho, esta circunstancia no
es exclusiva del animalismo, puede ser
aplicado al resto de tareas de cooperación. Da igual, Cruz Roja,
Cáritas, Secretariado Gitano, Médicos del Mundo, Banco de Alimentos, ACCEM y el
larguísimo etcétera que sigue a estos nombres.
Las personas están ligadas, por norma general a un centro o institución.
Esto no se debe a una lucha fratricida entre entidades sino a que cada
organización, tiene su propia política, estatutos, programas, normativa y
formación.
Los voluntarios deben/debemos
informarse/nos de la política y objetivos de la organización antes de
comprometerse/nos a la misma. En realidad, ser voluntario es una
responsabilidad, un compromiso que te vincula no solo a los beneficiarios de tu
ayuda (en este caso los animales) si no también a la organización que le da
cobertura legal a tu actividad. ¿Sabéis que los voluntarios contamos con un
seguro para cubrir las posibles incidencias surgidas durante los paseos o los
momentos en los que estamos con los animales? ¿O que hay una ley que regula el voluntariado?
En fin… Detalles burocráticos
aparte, a lo que iba que me disperso: nadie en Dog Harmony me ha prohibido
subir a Pajomal, pero mi compromiso actual me vincula a Amigos del Perro, que es
la entidad a la que hace ya la friolera de nueve añitos me asocié.
Esto tampoco quiere decir que Amigos
del Perro sea una secta, podría ser colaboradora ocasional en Pajomal, como lo
he sido de algunas otras entidades sin llegar a ser voluntaria, pero en este momento
no me lo planteo. He dejado al último de mis ahijados “colocado”, por lo que tengo
la conciencia tranquila apadrinando uno nuevo en otra localización.
En resumidas cuentas, que no sigo
en Pajomal, porque no me lo propuse siquiera, fue una decisión personal.
En Amigos del Perro, está la
mucha o poca gente que conozco en la protección animal, no coincido al 100% con
las opiniones para que nos vamos a engañar, sería una autómata si lo hiciera,
pero si confío plenamente en las personas a quienes conozco en la organización,
en su compromiso con la causa, y eso, de momento me sirve para seguir afiliada
entre sus filas.
Y todo ello, aún siendo yo votante
acérrima de Izquierda Unida, ¡fíjate bien lo que te digo! Pequeñas
incongruencias que tiene la vida…
Nada más que añadir señoría.
P.D. En la foto Cuchi, nuestro
último ahijado Pajomaliense, con su
familia adoptiva.