Vidas felices, no finales felices, porque una adopción no es un final: es el principio de una nueva vida para los peludos que tienen la suerte de encontrar ¡por fin! una familia.
Ayer os contábamos que Pepa y Enro, los inseparables, tienen ya una familia que les quiere así, como son, juntitos. Y como nos gustan las alegrías (¡a quien no!), hoy seguimos en el mismo plan, con fotos de algunos peludos adoptados, en sus nuevas vidas:
Mamba, (en el centro) con su nueva familia:
Epi, años y años esperando, por fin lo consiguió:
Zulem, lo que le ha cambiado la cara desde que tiene un hogar:
Nómada (a la derecha), con su nuevo hermano:
Como ellos, muchos otros peludos han encontrado un hogar. Éste es nuestro motivo para seguir trabajando cada día.
¡Feliz domingo!