Bueno, viendo lo visto, estaba
claro que 2018 estaba empeñado en que tuviésemos dos perros en lugar de uno,
por lo que pese a todos los esfuerzos para encontrarles a Pattie y Selma un
hogar, apenas mes y medio más tarde, ya tenemos otro huésped canino en el
hostal…
Como somos personas de extremos,
hemos pasado de dos cachorras neonatas a una perra anciana. Así sin medias
tintas, porque para qué, y de verdad os digo, que si a alguien le sirve de algo
mi experiencia, donde estén los perros viejos que se quiten los cachorros…
Como no está en mi estilo,
adornar la realidad con florituras, y para que nadie se lleve a engaños, además
de las ventajas voy a intentar desgranaros también los inconvenientes de decantarse
por una u otra elección. Empiezo por los cachorros, porque por inercia es el
tipo de animal más demandado tanto entre adoptantes como compradores. Así que
vamos allá:
Cachorros Ventajas:
Yo también fui pro-cachorros en
una etapa de mi vida. Una época ya lejana que dejó de existir en el momento en
el que acogí al primer perro adulto, pero las cosas como son, yo tampoco me
había planteado nunca tener un perro que no fuese de meses.
Las ventajas de los cachorros son
obvias: son muy monos, son adorables, son maleables, y se adaptarán con
facilidad a convivir con niños, con ancianos y/o con otros animales si los
hubiera. También sabemos la edad exacta que tiene, intuimos su esperanza de
vida y es más sencillo que su historial no contenga problemas médicos. También ayuda
saber que por estadística durante un largo período de tiempo sus necesidades de
atención veterinaria serán las mínimas.
Un cachorro es por tanto una hoja
en blanco, que podemos rellenar como mejor nos plazca. ¿Qué más se le puede
pedir a un perro? Bueno, pues al perro no habrá que añadirle nada más pero al
dueño, habría que aderezarlo con toneladas de paciencia, y os recuerdo el por
qué:
Inconvenientes de los Cachorros:
Un cachorro es un libro en blanco
porque aún no ha sido educado. Los perros como los niños, necesitan que se les
administre educación en unas etapas de la vida en las que su nivel de energía
es bastante superior a su capacidad de retención o entendimiento.
Un cachorro, necesita pautas,
necesita coherencia, necesita tiempo, necesita atención y sobre todo necesita
de su dueño estoicismo y aguante.
Un cachorro no sabe controlar sus
esfínteres y quien lo adquiera tendrá que tener asumido que durante unos meses,
que doy fé, pueden hacerse eternos, engalanará su hogar a base de excrementos
variados.
Un cachorro no sabe lo que puede
hacer y lo que no, tiene curiosidad y su forma de hacer nuevos descubrimientos
es mordisqueando cada nuevo objeto que encuentra a su paso.
Otra etapa maravillosa donde las
haya es la dentición, esa fase en la que sus dientes utilizan de alfiletero
cualquier objeto que tengan a mano teniendo especial interés en calzado
(incluye zapatillas y calcetines) y muebles. ¿Estás dispuesto a que tu perro
sea tu próximo decorador de interiores?, ¿Eres consciente de que casa ordenada
e impoluta y cachorro no son precisamente compatibles?
Un cachorro, indiferentemente del
tamaño de su raza, necesita salir, ejercitarse, socializar, quemar esa energía
sobrante, y eso se transforma en tiempo. No puedes sacar a un cachorro diez
minutos a hacer sus cosas y volver a casa, porque el animal encontrará la forma
de descargar el combustible vital sobrante y entonces el tiempo que no le hayas
dedicado a que corra y socialice en la calle, lo vas a emplear en limpiar el
desaguisado que te monte en casa. Sé de lo que hablo. Mira las fotos que
ilustran este artículo, son de Pattie una tarde que no me la pude llevar…
Cuando volví y me la encontré surgiendo de la espuma de relleno del puf con el glamour de una improvisada Ava Gardner,
me apeteció estrangularla… Pero no era su culpa, ese día no había podido salir
lo suficiente…
Los destrozos tienen un riesgo
añadido, y es que en sus ansias devastadoras se pongan en riesgo por tragarse
productos que nunca debieron llegar a sus pequeñas fauces. Efectivamente además
de tiempo, los cachorros requieren atención y supervisión. Todos deberíamos
pararnos a pensar si realmente estamos dispuestos a asumir la dedicación que
precisan.
Otro factor que la mayor parte de
los nuevos dueños no tenemos en cuenta a la hora de coger un cachorro es que el
carácter de los animales evolucionará de adulto. De cachorro, todos, o casi
todos los perros, son extrovertidos y juguetones, con el tiempo y una buena o
mala educación, podemos encontrarnos con animales adultos que no serán todo lo
sociables que queríamos, que sean perros dominantes o que hayan adquirido
ciertos “vicios” como los ladridos.
La evolución física es otra de
las causas de desesperación de muchos dueños. El cachorro ha crecido más de lo
que esperaba, o suelta más pelo del que creía, o ahora que es adulto “huele” o
“suelta babas”.
Hay miles de posibles hándicaps
que no se tienen en cuenta cuando se introduce un cachorro en casa. La mayor
parte de los humanos, asumimos con resignación cristiana nuestro error de
cálculo y logramos adaptarnos a las ventajas e inconvenientes de nuestra decisión,
pero por desgracia, sigue habiendo gente que lejos de asumir que fueron ellos
quienes se equivocaron al elegirlo, siguen echándole la culpa al perro: “Es
que… es inquieto/no para/ladra mucho/lo muerde todo/es demasiado grande” y un
largo etcétera conforman las cartas de presentación de las compras o adopciones
fallidas de esos cachorros…
Si te has leído esta parrafada y
sigues interesado en coger un cachorro porque quieres ser testigo de cómo
evoluciona contigo y se convierte en un miembro más de tu familia, Adelante. Si
al leerme piensas que soy una exagerada o que no será para tanto… Ejem… ¡Cruzaré
los dedos por ti y por tu perro!