Tras años ofreciendo ayuda y soporte a las víctimas de violencia de género y violencia doméstica, acogiendo a sus perros y gatos de forma gratuita hasta que pudieran estabilizar su vida y llevárselos de vuelta, incluyendo vacunas, desparasitación y asistencia veterinaria para todos los que lo precisasen, Amigos del Perro presentó públicamente en 2014 el protocolo Viogen, que recogía las intervenciones que habíamos iniciado en Langreo, convirtiéndolo en un concejo puntero en este tipo de actuaciones en España, y que ya estábamos realizando también en Gijón.
Dos años después de dejar la gestión del albergue canino municipal de Langreo, hemos visto con sorpresa, decepción y cierta angustia como el Ayuntamiento se empeñaba en dar más pasos hacia atrás: no conforme con la desaparición de estas actuaciones, decidió prohibir que las víctimas conviviesen con sus mascotas en los pisos protegidos que se les ofrecen, añadiendo al dolor de su situación la necesidad de renunciar a sus perros y gatos para recibir la ayuda necesaria. Una crueldad gratuita que se ceba en los más vulnerables, y que suma el maltrato institucional al doméstico. Por fortuna, y gracias a la presión social, el ayuntamiento ha rectificado y no persistirá en tal conducta inconcebible en pleno siglo XXI, y en un momento en que la sociedad es muy consciente de su responsabilidad en la modificación de conductas delictivas que tienen como víctimas a los más indefensos, y en particular, a las mujeres.
Nos alegramos de que ese paso atrás no se haya dado, y que podamos seguir avanzando cada día.