Ayer me paré a saludar a una vecina, y oímos a su humana comentarle a la mía que ella (mi vecina) tiene un comportamiento algo extraño con las rejillas de desagüe y las tapas de alcantarilla: las esquiva aunque tenga que dar un rodeo, y si no puede, las salta si son pequeñas o se niega rotundamente a pasar por encima si son más grandes de lo que puede saltar. A la humana de mi vecina esto le parecía un comportamiento excéntrico. Mi vecina, mi humana y yo la mirábamos con cierta sorpresa. ¿De verdad le parece raro? Después, en casa, mi humana me aclaró que mucha gente simplemente no se da cuenta de que los perros vamos descalzos, y que para un perro más bien pequeño, pisar una rejilla es muy incómodo, y a veces hasta te puedes hacer daño. Lo mismo pasa con otras irregularidades del suelo, donde se te pueden meter las uñas o clavársete esquinas que sobresalen. Eso, por no hablar del calor: el metal arde en verano. Los humanos no se dan cuenta pero, claro, ellos llevan zapatos. Si ...
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