Hace un par de meses, cuando
estaba en marcha el I Concurso de Dibujo Infantil de Amigos del Perro, como
muchos otros voluntarios y trabajadores, comencé a dar publicidad a la iniciativa entre los niños
(y padres) de mi entorno. Así que para invitarles a participar, les pedí me
hiciesen llegar sus obras de arte de temática animal.
Hasta aquí todo normal, pero a
partir de ese momento mi inexperiencia en el tema infantil hizo que me
sorprendieran de la forma más grata posible.
Os cuento: Desde mi perspectiva
de adulto al explicarles a los niños en qué consistía el concurso, me limité a
explicarles que se trataba de un concurso de dibujo sobre animales y he aquí la
clave de la cuestión: En algún momento de mi torpe explicación no fui capaz de
decirles que debían dibujar un perro o un gato, sino que me limité a
generalizar utilizando el término “animal”.
Ese fue el pistoletazo de salida
para el bombardeo de trabajos infantiles que me hicieron llegar y que yo
recibía alborozada pensando en el éxito de la convocatoria. No había reparado
en como mi ignorancia iba a influir en el desarrollo del concurso.
Los niños, empezaron a inundarme
con retratos de todo tipo de cuadrúpedos, aves, peces e incluso algún reptil,
pero ningún perro… El primero que recibí fue una familia de gallináceos
pintados con todo detalle, pensé:- Bueno, al fin y al cabo se trata de una
familia y en el título especificamos “perros gatos y demás familia”.- Creí que
sería anecdótico. Craso error.
PAULA, 7 AÑOS |
Los siguientes que recibí fueron
un pollito y una cuadra con sus caballos y su gochín… Me los dedicaron con todo
su cariño los hijos de una compañera de trabajo y amiga. Ya un poco ojiplática,
me justificaba diciendo:- Bueno, es lógico, son los animales de su entorno ya
que viven en una zona rural, rodeados de animales de granja…
AMAIA, 4 AÑOS |
ILLAN, 6 AÑOS |
Pasaron los días y continué
recibiendo dibujos. Le llegó el turno a un hámster (¡bien por fin uno
doméstico!), pero vino acompañado de una cigüeña, una jirafa e incluso ¡una
lagartija! Yo no daba crédito pero los recibía agradecida de su esfuerzo. Entonces
llegaron los elefantes… Dos para más datos y de dos niñas que no se conocían ni
se habían puesto de acuerdo para enviárnoslos. Una de ellas tenía delito, pues
era mi propia sobrina, a quien lo confieso, así como el que no quiere la cosa,
le había pedido específicamente que nos dibujase a alguno de los perros de la
familia… Ni por esas…
GUADALUPE, 11 AÑOS |
CARLOS, 7 AÑOS |
CLAUDIA, 7 AÑOS |
CARLOS, 7 AÑOS |
PAULA, 7 AÑOS |
Solo fuimos capaces de influir en
el último dibujo que me enviaron, cuando ya desesperada por no recibir gatos o
perros, entre la madre y yo, coaccionamos a la artista para que a calzador
introdujese un perro en el magnífico retrato de caballos que nos había hecho
llegar…
IRATXE, 12 AÑOS |
No lo entendía. Revisaba una y
otra vez los distintos animales y no le daba crédito a la situación, ¡ni un
perro!, ni uno solo y eso que muchos de ellos conviven en sus casas con ellos,
¿cómo podía ser? Tras muchos rompederos de cabeza, me dirigí a la fuente de mi
incertidumbre y pillando por banda a una de los autores, a bocajarro le
pregunté por qué no había dibujado a su propio perro. -¿A Epi?- Me contestó la
interesada mirándome con los ojos muy abiertos- Epi no es un animal, Epi ¡es mi
perro!- yo aún aturdida por la falta de práctica en el mundo de los infantes,
intenté replicarle: - pero un perro es un animal… - así que mi interlocutora, recabando
toda la paciencia que era capaz, como si tuviese que explicárselo a alguien que
no es capaz de comprender los conceptos más elementales, me contestó: - Epi no
es un perro, Epi es Epi… Es como nosotros pero con más pelo, ¿lo entiendes?
Magnífico, ¿no creéis?, no
dibujaba a su propio perro, porque le parecía degradarlo. Epi es un miembro de
su propia familia.
Qué grande la lógica infantil,
Ojalá no la pierda por el camino :)
Gracias a todos esos pacientes
padres y concienzudos niños que nos hicieron llegar sus creaciones artísticas durante
todo el tiempo que duró el concurso.
Un abrazo,