A veces me parece que lo que hago
es como intentar vaciar el mar con una concha. Y no es cuando me apetece
partirle las piernas a alguien, no. Es cuando parece que casi toda la sociedad
es el obstáculo, cuando, sin duda, el infierno son los otros.
Y entonces pienso en Patricia Gonzalo, que siempre me recuerda a Omelas y a los que se van... pero ella se queda, como me quedo yo.
Y me quedo porque sé que los pequeños cambios importan, que cada saco de pienso, cada lata de comida, cada gato rescatado y cada perro que encuentra un hogar son un paso adelante para todos, que salvar una vida no sólo cambia su mundo, sino también el nuestro.
P.D.: Si no has leído aún Los que abandonan Omelas, de Ursula K. Le Guin, ya estás tardando...
Y entonces pienso en Patricia Gonzalo, que siempre me recuerda a Omelas y a los que se van... pero ella se queda, como me quedo yo.
Y me quedo porque sé que los pequeños cambios importan, que cada saco de pienso, cada lata de comida, cada gato rescatado y cada perro que encuentra un hogar son un paso adelante para todos, que salvar una vida no sólo cambia su mundo, sino también el nuestro.
Kamparina
Del libro Plotted: A Literary Atlas, de Andrew DeGraff |