Estamos teniendo una primavera húmeda y oscura, así que nada de terracitas, con lo que me gustan... así que para compensar, en cuanto tengo oportunidad me desparramo por la acera, aquí me tenéis con mi amigo y vecino Jacky (me acabo de dar cuenta de que no sé cómo se escribe, si Jacky, Yaki, Jackie... en fin, ya se lo preguntaré y os cuento).
Como veis, estamos en perfecta sincronía, tanto tumbados como observando atentos. Y sí, mi correa no la está sujetando nadie, pero sólo para hacer las fotos y como ocasión excepcional, y porque yo soy un perro muy formal que sabe comportarse y además, en donde estábamos no pasan coches. ¡Recordad que no hay que correr riesgos!
¿Quién es ése que viene por allí? ¡Vista a la derecha!
Y bueno, no tengo mucho más que contaros hoy; seguiremos esperando que salga el sol...