No sé cómo son de sociables
vuestros perros, mi perra como su dueña, es del género “especialito”. Ella y yo
vamos por la vida a lo nuestro sin meternos en lo de los demás y no nos gusta
que los desconocidos nos aborden por la calle. Sip. Somos un poco maniáticas.
Vaca por ejemplo no es así, ella
se va alegremente a saludar a todo el que se cruza, preferiblemente humano que
son los que pueden llevar algo de comida para compartir.
Visto lo visto, cada una por sus
circunstancias es preferible que vayan atadas. La Nanda porque se ofende cada vez que un perro le intenta
olisquear el culo; la Vaca porque no
dudará en asaltar cualquier terraza para llevarse el pincho de la mesa. La vida
es así y ellas tienen esas particularidades.
He tenido perros que iban
sueltos, Scrappy porque por lo general le parecía una ofensa que le pusieses la
correa al pescuezo y se negaba incluso a caminar, pero además porque Scrappy
era un perro muy tranquilo, no tenía problemas con nada ni con nadie, no corría,
no escapaba, no se separaba de ti, si un perro se le acercaba lo saludaba y
punto, no había más.
También conozco perros muy sociables,
Lola sin ir más lejos es una perra extrovertida y alegre que se lleva bien con
todos los de su especie y que se da la vuelta ante el mínimo atisbo de
discusión perruna.
Los perros como las personas
tienen caracteres distintos pero por desgracia mucha gente sigue creyendo que
absolutamente todos los animales reaccionan exactamente igual ante los mismos
estímulos, por eso me gusta tanto el Proyecto Perro Amarillo.
La primera vez que oí hablar de él
fue gracias a un cartel que vi en Colunga (mi querido pueblo adoptivo J). Lo que se pretende
es establecer una señal visual fácilmente reconocible que permita desde lejos
identificar las necesidades específicas de un perro. El sistema es sencillo: colgar
un lazo amarillo en la correa para que todo el mundo sepa que es mejor dejarle
espacio. Un animal puede necesitar
espacio por muchos motivos, puede no ser sociable, puede estar convaleciente o
puede ser asustadizo. Indiferentemente de cuál sea la razón por la que un
animal utilice ese distintivo y/o de si lo que lo motiva es una causa temporal
o permanente, me parece una buena iniciativa para mejorar la convivencia entre
“caninos” y humanos.
Y recordad que el Proyecto Perro
Amarillo es un Proyecto Internacional, por lo que llevar un lazo amarillo en la
correa no significa necesariamente que el perro o el dueño defiendan
determinada ideología política. Lo siento no he podido remediar la broma fácil J Ahora totalmente en
serio, para curiosos os dejo Link aquí: http://www.theyellowdogproject.com/Home.html