Mucha lucha contra la contaminación, contra el calentamiento global, por el medio ambiente y por el planeta y por los animales... pero a veces parece que es todo de boquilla, porque luego, en la práctica, las actividades contaminantes no sólo se mantienen, sino que aumentan: véase la afición que está cogiendo el mundo cercano a los petardos, cohetes, voladores y demás fuegos de artificio. Ahora ya sirve cualquier excusa, fiesta, boda, partido de fútbol, ¡hasta Navidad! la contaminación acústica por lo visto no nos importa, ni tampoco el efecto sobre los animales. Y muchos convivimos con perros o gatos que se aterrorizan al oír ese estruendo, al punto de que algunos fallecen por paro cardíaco. Sí, sí, es en serio. Otros, asustados, salen corriendo y son atropellados o se pierden, así que cuando el tiempo amenaza pirotecnia, hay que extremar las precauciones. Y cruzar los dedos, para que la idea de Ford de utilizar los sistemas de cancelación de ruido de sus coches en una caseta para perros se comercialice pronto y a precios asequibles.
Por lo que he podido entender, el sistema consiste, además de en aislar del ruido exterior, en emitir sonidos "contrarios" al de la pirotecnia, para que así queden cancelados, o sea, que no se oigan. Por su aspecto debe servir tanto para interior como para exterior... ¡habrá que ir haciéndole sitio!
Y mientras tanto, os dejo con una foto estupenda de Conde, que resume claramente lo que opinamos del tema...