El mundo avanza, los aeropuertos se llenan de salas en que los perros disponen de servicios adaptados para hacer sus necesidades en los viajes, y mientras en las esquinas nos dedicamos a discutir si los perros pueden o no convivir en sociedad con los humanos (sí, ya sé, llevamos conviviendo miles de años, pero parece que hay quien se aburre... y se entretiene haciendo hijoputadas a los demás para hacerlo todo más difícil).
En los últimos años muchos aeropuertos han ido disponiendo zonas para los perros, no sólo los grandes sino también algunos más bien pequeños, para uso de los perros que viajan y también para los perros de asistencia que trabajan en el aeropuerto. Sí, esos perros que alivian los nervios y la tensión de los viajeros. Los norteamericanos nos llevan vidas de ventaja, me temo.
El sistema consiste generalmente en un área de hierba artificial, de la que una vez ha terminado el perro, se recogen los residuos sólidos con una bolsa del dispensador y se tira a la papelera, y entonces se pulsa el botón de limpieza, que "riega" con agua para eliminar cualquier residuo líquido. Limpio, higiénico, fácil de usar y bien acondicionado.
Ésta es la zona de servicio del aeropuerto internacional de Detroit (DTW), como véis además de bien señalizado, tiene dos zonas diferentes, una como más plástica y otra más similar a la hierba natural, las dos bien organizadas y decoradas.
Aquí, el aeropuerto John Fitzgerald Kennedy de Nueva York (JFK),
Si os apetece llorar un poquito, podéis ver una lista de los aeropuertos USA con este servicio pinchando aquí.
Kamparina
P.D.: Este artículo se lo dedico a Patricia Gonzalo, que estoy segura que ahora mismo está pensando lo mismo que yo... ;)