Hola,
soy Alicia, “la alemana” ;) Soy voluntaria en el albergue de Langreo desde hace
casi dos años. Junto con mi novio Pablo colaboro con otras asociaciones
españolas y extranjeras, pero Amigos del Perro es a la que más esfuerzos
dedicamos.
¿Qué
haces?
Al principio sólo paseábamos, pero
pronto nos enamoramos de una perrina, Zarpita y la apadrinamos ya que no
podíamos adoptar. Era una perrina muy desconfiada y le ayudamos a superar sus
miedos. También tuvimos perros en acogida temporal hasta que encontraron una
familia definitiva.
Aparte colaboramos yendo a desfiles o
eventos organizados por la protectora para dar a conocer a los animales.
Además estoy buscando colaboraciones con
asociaciones extranjeras, sobre todo alemanas para conseguir que unos perros
que aquí tienen pocas posibilidades de adopción puedan encontrar un hogar. En
este sentido aparte de buscar contactos, utilizó mis conocimientos de idiomas para
servir de puente entre Amigos del Perro y asociaciones en el extranjero.
¿Por
qué lo haces?
Desde Alemania ya había estado
colaborando con algunas protectoras españolas, y cuando me mudé a Asturias
quería participar de forma más activa. Entonces busqué por internet y me
encontré con Amigos del Perro. Empecé a ir a la protectora en Langreo porque estaba
buscando algún tipo de albergue de animales en el que poder ayudar. Cuando subí
al albergue por primera vez, me acompañó mi novio Pablo para que conociese el
camino a la protectora. Él no iba con la idea de seguir yendo y colaborar con
el albergue, pero la primera experiencia con los perros le gustó tanto, que al
final ya son dos años en los que hemos ido casi cada fin de semana a la
protectora a pasear perros.
Mucha gente sabe de mi voluntariado en Amigos
del Perro y a menudo me preguntan que por qué lo hago. A veces tengo ganas de
contestar: ¿Y por qué no lo haces tú también? Creo que es cuestión de enfoque.
En vez de pensar que una protectora de animales es un sitio triste y una
pérdida de tiempo, tan sólo viendo la alegría y la cara de felicidad con las
que nos reciben los perros, es suficiente razón y elimina cualquier tipo de
duda al respecto. Si no has ido nunca a una protectora no lo entenderás, pero con
que vayas sólo una vez ya sabrás a lo que me refiero.
¿Qué
consejo darías a los nuevos voluntarios?
Realmente sólo se me ocurren dos consejos:
Nunca pienses que lo que puedas aportar
es poco. Cada ayuda, por lo pequeña que sea, suma. Todo el mundo puede
colaborar de alguna forma si quiere.
Y el segundo: Quizás no podamos ayudar a
todos los animales, pero vale la pena luchar por cada uno de ellos. Os dejo una
pequeña historia que me encantó. Me la encontré cuando empecé con el
voluntariado y refleja esta idea.
«Érase una vez un hombre que paseaba todas las mañanas por
la playa. Un día vió a un chico que con mucho cuidado recogía algo de la arena
y lo lanzaba al mar.
El hombre gritó: “¡Buenos días chico, ¿qué estás haciendo?!”
El chico se incorporó y respondió: “Devuelvo las estrellas
de mar al agua. La marea está baja y el sol pega fuerte. Si no lo hago,
morirán.”
“Pero chaval”, replicó el hombre,”¿tienes claro que aquí hay
muchos kilómetros de playa, no? ¡Por todas partes hay estrellas de mar!¡ Es
imposible salvarlas todas! Lo que haces no tiene mucho sentido...”
El chico escuchó al hombre cortésmente, se agachó, cogió
otra estrella y sonriendo la lanzó al mar.
“¡Pero
para ésta tiene mucho sentido!”»