A veces no, claro; pero hay cosas que son tan, pero que tan baratas, que no pueden ser. Así que ayer íbamos paseando con un vecino y nuestras humanas, y ellas se pararon a mirar un escaparate con variedad de productos para animales, todo oriental aparentemente, más bien cutre y con un aspecto algo caduco... y empezaron a comentar que bueno, un collar o un arnés, una manta, un paquete de bolsas, podían ser aceptables; a fin de cuentas, aunque la calidad ya sabes que es inferior, te pueden hacer el apaño por poco dinero, aunque luego pasa como con las alpargatas, que acabas gastando más porque tienes que reponer continuamente. Pero el problema estaba en la comida y las chuches, no pasarían ningún control sanitario, casi con seguridad, pero además tenían aspecto de haber caducado hacía años.
De ahí pasaron a preguntarse si la comida más cara pasa controles, si realmente es lo que dicen las etiquetas que es, si con la comida humana hay tanto fraude, qué no habrá con la de los animales... mi vecino y yo teníamos las orejas levantadas y los pelos de punta, ¿pero esta gente sabe qué es lo que nos está dando de comer?
Mi humana sostiene que si la marca es de confianza y tiene un precio razonable, no hay problema; pero que piensos de marcas ignotas, con etiquetados en idiomas psicodélicos y más baratos que el agua, probablemente no sean de fiar. Y las dos estaban de acuerdo en que no están dispuesta a correr riesgos con nosotros, porque además el ahorro en la comida seguro que acaba siendo un gasto mucho mayor en veterinario... así que mejor comprar buena comida, de marcas conocidas y en sitios de confianza.
Concluimos que nuestras humanas hacen lo que creen mejor para nosotros, y buscan marcas fiables a precios razonables, así que no tenemos que preocuparnos... creo.