En los tiempos que corren, con
internet campando a sus anchas saturándonos de información y de
desinformaciones, iniciar un escrito diciendo que los dueños de los animales
podemos ser “veterinarios de avanzadilla” hará a más de un profesional llevarse
las manos a la cabeza, pero lejos de pretender invadir un terreno que por
desconocimiento no nos pertenece, intentaré explicarme.
Como todo dueño de gato, perro,
cobaya, periquito o cualquier tipo de animal doméstico sabe, la estrecha
convivencia con nuestros animales hace que seamos capaces de detectar antes que
nadie cualquier tipo de comportamiento anormal en ellos, lo cual será de gran
ayuda al profesional que después tenga que atender a nuestras mascotas. De
hecho, ante la imposibilidad de hablar de los animales que nos acompañan, el
veterinario dirigirá las preguntas al propietario al tiempo que realiza las
exploraciones pertinentes, y ¿qué es lo que como dueños podemos detectar?
- Los temidos “bultos”. Los dueños detectamos antes que nadie ese bulto que hace un par de días no estaba ahí. Las caricias, además de aportar bienestar a nuestros animales pueden ayudar a la detección temprana de tumores.
- Alteraciones en la piel y parásitos: A veces van unidos, y a veces no. irritaciones y heridas superficiales, calvas, pérdidas de pelo, caspa o costras… pueden ser producto de alergias, picaduras u otro tipo de alteraciones dermatológicas, también en ocasiones de una alimentación inadecuada. Para el veterinario será primordial la información de primera mano que podrás darle acerca de la aparición y posibles contextos en el que se hayan producido los cambios (una salida al campo, la presencia de pulgas y/o garrapatas, un cambio en la dieta, etc.)
- Infecciones de oído: un animal que ladea la cabeza y la mantiene inclinada, que se rasca insistentemente el mismo oído o que emite quejidos al tocar el cuello, puede ser un animal con una infección de oídos.
En ocasiones son pequeñas
alteraciones, y no se trata de tornarse hipocondríaco ni de volver loco al
veterinario con los diagnósticos recién extraídos de google, pero es innegable
que como propietarios vamos a detectar los cambios antes que nadie aunque
desconozcamos el nombre técnico de la patología.
Dicen además los expertos, que
acostumbrar a nuestras mascotas a exploraciones comunes: dientes, orejas,
palpaciones en búsqueda de bultos, puede reducir la ansiedad de los animales a
la hora de enfrentarse a la consulta del veterinario al estar más
familiarizados con parte del proceso.
De ese modo quizás pudiésemos reducir
las caras de pavor al visualizar la camilla, pero a decir verdad, ¿Quién no
entra en pánico, aún con todo su humano raciocinio, ante la vista de la silla
del dentista? Os entendemos queridos, a nosotros tampoco nos gusta ir al médico
J
Fuente Imágenes: http://www.qcosas.com/perros-odian-veterinario/