Nunca fuiste una perrita “normal”, eres un Pastor Alemán (de
trabajo), a la que en algún momento de tu vida educaron y entrenaron.
Han sido muy duros estos años de estancia en la perrera,
día tras día vimos como eras incapaz de adaptarte a tu nueva situación: una
jaula, unos compañeros, voluntarios y cuidadores que por mucho que hicieran no
conseguían aliviar tu sufrimiento.
Sólo encontrabas alivio cuando salías a pasear y te
hacían trabajar escondiendo mordedores en el bosque, insuficiente para bajar tu
nivel de estrés.
Un
día alguien se cruzó en tu camino (amor a primera vista), comenzó una relación
que sólo tendría un final posible: darte de nuevo un hogar, una familia.
Salidas a la playa, paseos cerca del albergue fueron habituales hasta que tuvo
que ausentarse un tiempo que se hizo largo. Prometió que volvería a buscarte, a
sacarte de la perrera…
Mientras algunos buscan al perro perfecto, ella supo mirar mucho más allá de la edad que tienes,
de las limitaciones físicas y ha cumplido la promesa que hizo.
Has abandonado tu jaula, estarás con una familia en un
hogar. Ha hecho realidad un deseo que todos quienes intentamos de una manera u
otra hacerte más agradable el día a día queríamos ver cumplido: verte salir por la puerta de la perrera
sabiendo que el tiempo que te queda
serás feliz, sabiendo que no volverás.
Sólo nos queda una última palabra que decir
GRACIAAAAAAAS!!!!!!!!!
PD: Al final, todo saldrá bien…. Si no sale bien, es que
no es el final.
DOGS & MOUNTAINS