Mi humana y yo, a veces, somos invisibles. Y no es magia, no. Es que por las mañanas y por las noches, ahora que los días son tan cortos, está muy oscuro y la iluminación de las calles es escasa. Para colmo, en muchos sitios han puesto luces que se "comen" los colores, y para los conductores no es fácil ver a la gente que cruza la calle.
En invierno mucha gente viste de oscuro, además. Y aunque vosotros, peluditos míos, no seais negros como yo, estáis por debajo de la línea de visión del conductor, así que cruzar la calle se convierte en un deporte de riesgo, incluso por el paso de peatones.
Hablad con vuestros humanos para que os pongan un collar o arnés reflectante, también sirve la correa si tenéis el pelo largo, o un chubasquero de color vivo, y que ellos se pongan también algo que reluzca, pero por favor, que no os cuelguen esos chismes con luces brillantes que nos molestan tanto. ¡Tened mucho cuidado con los coches!