¡¡Hola!! Me llamo Paula y
soy voluntaria desde hace un tiempo, me gustaría hablaros sobre los momentos,
sentimientos y emociones que estoy viviendo al lado de los perros que amadrino.
Cuando me enteré que había la opción de apadrinar a un perro/gato no dude ni un minuto. El
primero fue BONHAM, al que no pude disfrutar mucho porque a la semana lo adoptaron,
al quedarme sin ahijado busqué otro y encontré a YENKA, con ella pase más
tiempo, me sentía muy feliz, y siempre que tenía un hueco me escapaba para
poder subir a verla, al poco tiempo me dijeron que la adoptaron, me puse muy
feliz por saber que por fin iba a estar en una casa viviendo como una reina,
pero a la vez me sentí muy triste porque el tiempo que estuve fue muy poco y
sabía que la iba a echar de menos.
BONHAM |
YENKA |
Pero a los 15 días recibo un
mensaje en Facebook, y era el adoptante de YENKA, me dijo que podía verla
cuando quisiera y me enseñó muchísimos videos de ella y me sentí muy orgullosa
y encantada de verla así… Llegamos a mi tercer ahijado BOIBO, cuando lo vi me
asusté porque era un poquito grande… pero me di cuenta que su tamaño iba acorde
con su corazón, con él encontré la tranquilidad y el cariño más verdadero, fue
el primer perrete que llevé a un desfile de adopción. Un día recibo un mensaje
y... ¡Boibo adoptado! Otra vez los mismos sentimientos, felicidad y tristeza
muy unidas... Ahora ya encontré a mi nuevo ahijado XAM, pero... a ver lo que me
dura... jaja.
BOIBO |
Con todo esto quiero deciros
que si no puedes adoptar, hay mil maneras de ayudar, y ésta es una. Nada vale
más que poder hacer felices a estos animales y a ti mismo, porque no solo es
para ellos (que son los que más lo necesitan) sino para uno mismo, ya que
cualquier experiencia es buena y los sentimientos encontrados haciendo esto es
pura y verdadera felicidad.
Así que ¡vívelo tú mismo!
Paula
García