La Federación Cinológica Internacional clasifica al
samoyedo (Samoiedskaïa Sabaka) como perro
de trineo y compañía, dentro del Grupo 5, Perros tipo Spitz y tipo primitivo, Sección
1, Perros nórdicos de trineo. Y lo describe así:
«El nombre del Samoyedo proviene
del nombre de las tribus samoyedas del norte de Rusia y Siberia. El zoólogo
británico Ernest Kilburn Scott vivió tres meses entre las tribus samoyedas en
1889. Al regresar a Inglaterra llevó consigo un cachorro macho color marrón
llamado «Sabarka». Posteriormente importó una hembra color crema llamada «Whitey
Petchora» procedente de la región occidental de los Urales y un macho blanco
como la nieve llamado «Musti» de Siberia. Estos pocos perros y los traídos por
los exploradores constituyen la base del samoyedo occidental. El primer
estándar fue establecido en Inglaterra en 1909.
Apariencia
general:
Es un Spitz Ártico de tamaño mediano y de aspecto elegante. Da la impresión de
fortaleza, resistencia, flexibilidad, gracia, dignidad y confianza en sí mismo.
Su expresión, comúnmente llamada «sonrisa de Samoyedo», resulta de la
combinación de la forma y posición de los ojos con los ángulos de la boca
ligeramente curvados hacia arriba.
Temperamento:
Es amistoso, franco, alerta y vivaz. Su instinto por cazar es muy leve. Nunca
es tímido ni agresivo. Es muy sociable y no puede ser utilizado como perro de
guarda.
Color:
Blanco puro, crema o blanco con color bizcocho.»
A principio de los 90, en
pleno boom comercial de la raza, cayó en mis manos un libro; entre los muchos
datos que en él aparecían, una fotografía y un nombre: CH. Clan´s Banko (prop.
Skardús) y ahí empezó todo.
Localizado el perro y el
propietario en España, tras una llamada telefónica tuve claro que aquí estaba
mi primer Samoyedo. Nunca olvidaré la emoción que sentí al verme rodeada de
aquellas bolas peludas, blancas, sonrientes, que se empujaban unos a otros por
recibir una caricia entre saltos y sonrisas... porque el Samoyedo concibe al
ser humano como un amigo, alguien a quien hay que recibir efusivamente, con
saltos, ladridos y tantos lametones como uno quiera aceptar. Su relación con el
jefe será de igual a igual aunque NUNCA se mostrará como un perro sumiso.
Pasaron dos años hasta que
nació Skardu´s Yety Baldor (Coda),dos años que no desaproveché, muchas visitas
y largas conversaciones en las que aprendí a conocer y comprender las
peculiaridades de su carácter, sus cuidados...
Me encontré con un
cachorro siempre sonriente, “demasiado" tranquilo, su primer contacto con
la ciudad fue ir directo al único barrizal que había en el Monte Naranco: lo
que era un hermoso perrito blanco como la nieve se transformó en cuestión de
segundos en un pegote de barro con patas; poco después pude constatar que era
cierto que el pelo de los Samoyedos repele la suciedad, que no es necesario
bañarlo cada mes (dos o tres baños al año suficientes), es más importante un
buen cepillado que un baño. Sobra decir que NUNCA hay que cortar el pelo puesto
que les aísla del frío y del calor.
Poco después se cruzó en
el camino Holly, de 5 meses ,un cachorro que se relacionaba perfectamente con
los de su especie pero al ser maltratado por su primer propietario tenía
grandes dificultades para relacionarse con el ser humano. Recuperado por su
criador pasó a mis manos.
Un Samoyedo JAMÁS acepta
imposiciones y malos modos en su educación, los excesos no van con ellos. Es un
perro inteligente para aprender y obedecer pero requiere un jefe coherente, paciente,
firme, porque como te pille fuera de juego estás perdido. Si se da cuenta que
no hay disciplina hará lo que le de la real gana, eso sí, siempre con una gran
sonrisa.
La palabra más repetida a
lo largo del día es ¡NO! hasta que se muera... si no estás dispuesto a contar
hasta 1000 un día tras otro, es momento de buscar otra raza.
Con Holly aprendí a
entender a perros que tienen miedo pero que nunca serán agresivos, perros que
antes de atacar prefieren huir o aislarse, aprendí a respetar sus tiempos, su ritmo,
conseguí que se reconciliara con la humanidad, porque un Samoyedo por su
carácter lo que más desea es el contacto con su jefe, agradar a su amo, aunque
hay que tener claro que te pueden dejar tirado en medio del monte en cualquier
momento; sienten una necesidad imperiosa de "ver mundo" pero siempre
regresarán al punto donde te dejaron moviendo la cola y sonriendo.
Como no hay dos sin tres
se incorporó al equipo Gus, el Samoyedo de la eterna sonrisa; tres machos que
convivían pacíficamente con los teckel y siempre respetuosos con los cachorros
que nacieron en casa. Pueden vivir en la ciudad, siempre que hagan auténtico ejercicio,
no es un perro que se conforme con un paseíto de una hora. Donde realmente se
ve lo que es un Samoyedo es en espacios al aire libre; aunque se adaptan
perfectamente a nuestro clima les gusta pasar la noche a la intemperie, bajo la
helada... he visto felices a mis perros pasar noches en Picos de Europa o
Ubiña, bajo cero y nevando, sin ningún problema.
Es un espectáculo verles
moverse en la nieve, se ponían nerviosos sólo con ver que cogías las raquetas o
los arneses porque entendían que les esperaba un gran día de nieve.
Otra de sus
"aficiones" es pastorear ovejas para susto y sorpresa de quienes
hemos sido testigo de ello.
En resumen: un Samoyedo es
un perro guardián, pastor, perro de tiro y acompañante doméstico; profundizar
en sus orígenes permite entender y aceptar su carácter. Tener un Samoyedo es
como llegar a la cima de una montaña, no sabes qué te vas a encontrar al otro lado,
con ellos nunca sabes qué va a pasar al día siguiente.
Para las personas que nos
gusta el carácter de los perros nórdicos es una raza que si no existiera habría
que inventarla, son hermosos, nobles, sociables, independientes y apegados a su
jefe.
Una mirada dulce y una
sonrisa especial que siempre transmite alegría.
PD: Samoyedo, la eterna
sonrisa.
Nota:
Las fotografías que ilustran este artículo han sido cedidas por Pilar García,
que ha autorizado su publicación en este blog, y tienen todos los derechos
reservados.