La Federación Cinológica Internacional
describe así a los pastores alemanes:
«Uso: perro versátil
de trabajo, pastoreo y servicio.
Clasificación: Grupo
1 Perros de pastoreo de ganado ovino y vacuno (excepto Boyero Suizo). Sección 1
Perros ovejeros.
Raza descrita desde
1899 y reconocida por la FCI en 1955, su estándar ha ido sufriendo revisiones a
lo largo de los años, hasta el actual, establecido en 2.010.
El pastor alemán,
cuya cría metódica empezó en 1.899 tras la fundación de la Sociedad para el
Pastor Alemán (Verein für Deutsche Schäferhunde), procede de los pastores
existentes en la época en el centro y sur de Alemania; se desarrolló con el
objetivo último de crear un perro de trabajo inclinado a grandes logros. Para
conseguir este objetivo se determinó el estándar de raza, que relaciona la
constitución física además de los rasgos y características.
Aspecto general: El
perro pastor alemán es de tamaño mediano, ligeramente alargado, fuerte y bien
musculado. La alzada varía entre los 60-65 cms. de los machos y los 55-60 de
las hembras.
Carácter: El pastor
alemán debe estar equilibrado (con nervios resistentes) en cuanto a su carácter,
seguro de sí mismo, absolutamente natural y (salvo en caso de estímulo), de
buen natural, atento y deseoso de agradar. Debe poseer comportamientos
instintivos, adaptabilidad y autoconfianza para ser adecuado como compañero, guardián,
protector, perro de servicio y de pastoreo.»
ZAR |
Perros muy populares en
España desde los años 70, se siguen considerando paradigma de inteligencia,
obediencia y guarda de personas y propiedades, además de belleza y dignidad. Se
consideraron peligrosos durante la década de los 80, en que proliferaban
noticias sobre ataques de pastores alemanes, si bien pronto fueron desbancados en
las leyendas urbanas por la siguiente “moda terrorífica”, los dobermann (a
estos los siguieron los rottweiler, pitbulls, etc.)
Fueron conocidos también
como pastores alsacianos a raíz de la segunda guerra mundial, a fin de evitar
el aspecto negativo que entonces se asociaba a todo lo relacionado con
Alemania.
La gran cantidad de
mestizos de pastor alemán da lugar al término “apastorado”, frecuente en el
campo español, con las variantes correspondientes a la mezcla con las razas
predominantes en cada zona; por ejemplo, los muy habituales cruces de pastor
alemán y mastín en la montaña asturiana.
MADY |
Laura Peke, voluntaria volante y casi una ONG por sí sola, nos habla de su larga experiencia con
esta raza:
«En mi casa toda la vida
hubo pastores alemanes, mi padre era un enamorado de esa raza, y yo también. Son
los mejores guardianes, perros que protegen a su familia ante todo, muy
inteligentes, que necesitan atención y ejercicio para ser estables.
Yo ahora solo tengo 2
cruces de pastor alemán, Zar de 14 años y Mady de 3. Aprenden muy fácil, los
machos siempre fueron dominantes, Zar hasta los 13 años no toleraba machos.
Aún con su edad y habiéndolo
adiestrado hace 13 años como perro guardián, Zar sigue protegiéndonos: siempre
acompaña a mi hija Lúa por la finca, y pone su cabezón para recibir mimos, porque
con la edad se hizo pegajoso y solo quiere que le mimen. A causa de su edad y en
su estado, ya hace 2 años que no puede salir conmigo a caminar, y se le echa de
menos porque era muy buen compañero de paseos; aún así, se niega a dormir dentro
de casa, no se quiere jubilar de su función de guardián del reino.
En cuanto a los cuidados, es
una raza poco exigente: basta con cepillarlos, darles un baño un par de veces
al año, y alimentación normal; no suelen ser delicados y, estando bien
atendidos, tienen buena salud.»
Nota: Las fotografías que
ilustran este artículo han sido cedidas por Laura Peke, que ha autorizado su publicación en este blog, y tienen todos
los derechos reservados.