Todo lo
que siempre quisiste saber sobre chips: identificación de animales domésticos.
Esta
información se orienta a la comunidad autónoma del Principado de Asturias, si
bien buena parte es aplicable a nivel general.
Preguntas sobre microchips 1
Preguntas sobre microchips 2
Preguntas sobre microchips 1
Preguntas sobre microchips 2
Desplazamiento
o expulsión
El microchip puede desplazarse tras la
implantación, e incluso ser expulsado en las primeras horas. Por eso es
prudente comprobar su funcionamiento al cabo de unos días.
Generalmente se sitúa en el lateral izquierdo
del cuello o entre los omóplatos, pero el desplazamiento bajo la piel puede
llevarlo, incluso, a una de las patas traseras (un caso bastante raro, pero que
ya hemos visto).
Por eso, cuando se pasa el lector a un
perro para averiguar si tiene chip, se
hace en pasadas lentas de morro a cola, por ambos lados, para cubrir cualquier
movimiento de desplazamiento posible.
Fibrosis
En muy pocas ocasiones la implantación del
microchip ocasiona una reacción de los tejidos ante el cuerpo extraño, una fibrosis (engrosamiento del tejido,
similar al “callo” que pueden producir las inyecciones en humanos). En estos
casos es conveniente consultar al veterinario: la degeneración en tumor
cancerígeno es una posibilidad mínima, pero existe.
Chip
sin datos
En raras ocasiones nos encontramos con que
un perro tiene microchip, el microchip tiene un número, pero ese número no se
corresponde con ningún registro en la base de datos de la REIAC.
A veces el problema no es real, se trata de
un error en la consulta (por desconocimiento, no se consulta la base de datos
nacional sino solo la autonómica, por ejemplo).
Pero en otros casos, efectivamente el chip
no está registrado, bien sea porque por error no se ha anotado en el registro
autonómico correspondiente, porque procede de otro país, o porque el chip
implantado no es de los homologados para la identificación de animales de
compañía.
El caso del error en la anotación se
explica por sí mismo, pero los otros dos sí requieren cierta aclaración:
El chip procede de otro país: se compran en
España muchos cachorros procedentes de criaderos ilegales de países del Este,
que entran en el país sin la documentación correspondiente (o con documentos
falsos), simplemente con un microchip que no está registrado en ninguna parte,
cosa que descubrirá muy pronto el comprador, que se encontrará con la necesidad
de volver a poner chip y vacunas y pagar por ello de nuevo, y eso si tiene
suerte, porque con frecuencia los perros llegan en tan malas condiciones que no
sobreviven, o lo hacen a costa de muchos cuidados y gastos veterinarios.
El chip no está homologado: En algunas
comunidades los chips se pueden adquirir libremente y después darlos de alta en
el registro correspondiente. Si esto no se hace, nos encontramos con un chip
sin datos, que no figura en ningún registro. Pero además, no sólo existen en el
mercado microchips de identificación para animales domésticos, también se usan
en ganadería, para el control de vacas, caballos, ovejas, etc. Estos
microchips, aunque similares, no están homologados para su uso en perros y
gatos y sus números de registro no pueden inscribirse en los registros
autonómicos ni la REIAC, incluso si usan las mismas frecuencias de comunicación
y puede reconocerlos un lector de modelo homologado.
Existen criadores ilegales que venden
animales con “microchip y papeles”, que luego resultan no estar inscritos ni tener
documentación válida.
Hay que aclarar que en Asturias las
partidas de microchips homologados para su uso en animales domésticos las
distribuye el Colegio de Veterinarios asignando la numeración (y los chips) por
bloques a cada colegiado, de forma que es posible saber qué veterinario ha
implantado un microchip, caso de que por error no se hubieran registrado los
datos del titular.